Nuestra primera vez.

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Era miércoles por la mañana y al parecer las sirvientas, el mayordomo y todos aquéllos que trabajan para nuestra "familia" habían vuelto haciendo que se notará la pronta llegada de nuestros padres, todo estaba pulcramente puesto donde debía.
Y al parecer Elliot llevaba despierto un tiempo puesto que estaba con un café en la mano y vestido de manera  formal con una camisa en la parte superior, en la inferior unos pantalones de tela café oscuros y unos zapatos blancos como la camisa, lo observe y sonreí más para mi que para él.
De un momento a otro el teléfono de la casa comenzó a sonar haciendo que ambos diéramos  un brinco en nuestros puestos, Elliot por su parte se apresuró a contestar muy formal pero logre notar que debía ser nuestro padre ya que sus hermosos ojos se pusieron cristalinos y parecía que se rompería en pedazos, para mi frustración solo pude pasar por su lado y dar una suave caricia sobre su mano.
Me había hecho jurar que esto se mantendría en secreto hasta hallar una manera de decirle a nuestros padres de esto además él estaba asustado de que su padre lo rechazará no sería yo quien por dominarlo le haría daño, así que acepte esta norma y la cumpliría.
Cuando hubo terminado la conversación se acercó a la sirvienta y le dijo algo que no alcance a escuchar con claridad.
—Vamos a otro sitio —luego de decir aquéllo me llevo hacia su habitación mientras sujetaba mi muñeca, cuando llegamos a esta me empujó para que entrará, haciéndome tropezar y caer sentado sobre la cama, mire hacía los lados desorientado pero sin darme mucho tiempo para orientarme sentí como se sentaba sobre mis piernas, todavía no me creía que sucedía y tampoco me dio tiempo de pensarlo y comenzo a besarme de manera apasionada y respondí a aquel beso cargado de lujuria, aunque quería preguntarle me deje llevar por el deseo de tocarlo y hacerlo mio.
Lo tome despacio por la cintura y acosté sobre la cama besando sus labios cálidos con un toque amargo por el café que estuvo bebiendo esa mañana comenzamos una pequeña danza con nuestras lenguas como queriendo ganar una batalla pero el aire nos comenzó a faltar por lo que nos separamos, después de recuperar un poco el aliento empecé a descender lentamente por su pálida y blanca piel, a besarla y a dejar marcas que se pondrían de un color morado al día siguiente y se quedarían manchando su piel aunque eso era exactamente lo que mi yo dominante quería, baje más hasta llegar a esos rosados pesones y empecé a tocarlos...
—uhmmm... Caín —la manera en que pronunció mi nombre me encendió demasiado, su voz se encontraba ronca debido a la situación en la que estábamos, sus ojos estaban brillantes por el placer y su piel estaba sudorosa.
Lleve mis labios a uno de sus pesones y comencé a hacer pequeños círculos, lo succione y luego seguí con el otro repitiendo el mismo proceso hasta que ambos se encontraban duros fui  bajando hasta llegar a su abdomen el cual estaba bien trabajado y me atreví a dejar unas marcas aun más notorias que las anteriores y también a decir algo para provocarlo.
—Al parecer esto te está gustando... —ante esto el se puso colorado y me tiro un mechón de mi cabello negro, me agarro de la cara con esa misma mano y me dirigió hasta sus labios cuando llegue a ellos me beso con pasión y llevando su mano hasta mi miembro lo apretó fuerte pero no lo suficiente como para causar algún daño—. ahhhhh...mmmmaquella acción fue inesperada haciéndo que dejará  escapar un gemido bastante gutural.
—Parece que no soy al único que al que le está gustando —comenzó a subir y bajar su mano sobre la tela de mi pantalón, haciendo que el roce provocará más fricción y escaparan algunos gemidos traicioneros de mis labios, se detuvo y mirándome a los ojos dijo —bueno porque no me dejas darte algo de exquisito placer carnal.
Mordió su labio inferior y hizo que me sentará sobré la cama y mientras me besaba se fue dirigiendo hasta el lóbulo izquierdo de mi oído lo mordió levemente tirando de este y de manera suave fue bajando hasta mi cuello, dando pequeñas mordidas mientras sus dedos ágiles subían la camiseta blanca que llevaba puesta, bajo hasta mi abdomen y beso para luego decir.
—wow que buen estado físico tienes.
Estas palabras que fueron dichas tan cerca de mi abdomen provocando que su cálido aliento chocará contra esté y me erizara la piel para que luego de aquel comentario volver a lo que hacía, besando, mordiendo y dejando algunas marcas sobre éste mientras sus dedos jugaban con mis pesones haciendo que estos se pusieran duros, pero  parando en seco de hacer ambas cosas, me miró juguetón llevando sus manos al elástico del buzo que llevaba esa mañana, comenzó a bajarlo lentamente, levante mis caderas sin mucha conciencia para que quitará el molesto pantalón pero sin previo aviso me quito ambas prendas dejando al descubierto mi notoria y creciente erección.
—Realmente estas bien dotado —sentí un leve ardor en mis mejillas, ante esa mención de su parte solo atiné a sonreír nervioso para luego sentir sus labios besando los míos y luego una pequeña mordida en el lóbulo de mi oído mientras me acariciaba el falo de arriba a abajo de manera lenta y pausada, estaba jugando conmigo los sabía pero me gustaba ese juego, siguió un rato más hasta que se dispuso a quitarse el pantalón.
Y llevando ambas manos a su bóxer lo tire de el haciendo que se acercará y se los baje lento mientra grababa en mi memoria cada marca, lunar u otro, me miró mientras se ponía rojo como un tomate y despacio me dio un golpe para sacarme del trance.
Con algo de rubor sobre sus mejillas se colocó sobre mi erección y suavemente comenzó a mover su cadera provocando un roce exquisito dejando escapar leves gemidos más agudos que antes, lleve mis tres dedos a sus labios y comenzó a lamerlos de manera lenta y provocativa, algo ansioso quite mis dedos de sus labios y empecé a hacer círculos en su esfinter hasta que comencé a introducir el primer dedo notando que su interior era cálido y estrecho, comencé a hacer círculos mientras Elliot masturbaba nuestras dos errecciones juntas logrando que de mi garganta escaparan jadeos y algunos gemidos guturales también me besaba el cuello mientras yo comenzaba a meter el segundo dedo haciendo que este se fuese estrechando al rededor de éstos y me diese una mordida en el labio inferior, aprovechando aquella acción lo bese y seguimos así hasta que se encontrará listo para recibir mi erección dentro de él, cuando ya lo estuvo quite mis dedos de su interior y agarrando mi erección la llevo hacia su entrada con delicadeza hasta comenzar a bajar por esta hasta lograr que toda mi longitud se encontrá dentro de él.
—ahhhhhhhhh no t..e.. Mue..vas —mordía mi hombro y se aferraba con sus dedos a mis brazos, después de unos minutos cuando ya estaba acostumbrado a mi comenzó a moverse suavemente, las estocadas eran rítmicas y lentas, mientras yo jadeaba en su oído y acariciaba su cadera con una de mis manos notando que al hacer presión en su piel se ponía roja mientras que con la otra acariciaba la erección al ritmo de mis estocadas, fue aumentado la rapidez de éstas hasta que llegó a su próstata y dio un fuerte gemido que se escuchó por toda la habitación—. Ahhhhh.. Aaaahhh..a.. Caín.... ayu..da..me trague fuerte y lo bese mientras llevaba mis manos a sus caderas y comenzaba a moverlo en un vaivén frenético, apasionado e intenso, el clímax no estaba lejos después de dar en su punto G unas cuantas veces más nos corrimos él en mi abdomen manchando levemente el de él y yo en lo más profundo de su interior, él se apoyó en mi pecho mientras dejaba de respirar frenéticamente y yo me sostuve en mis manos también recuperando el aliento, para luego caer en un profundo sueño.

Hermanastros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora