Campamento Nazi | 4 días después

1.4K 198 8
                                    

Lluvia.

Todo lo Bucky oía era su propia respiración y lluvia.

Había perdido el sentido del tiempo desde que los sacaron a todos del camión y los ataron con cuerdas de nuevo. Bucky tenía un poco de alivio en sus muñecas y aun podía sentir sus manos pero no eso no importaba comparado con la profunda culpa que sentía por Felicity.

Ella había estado terriblemente callada desde que la llevaron a la tienda de campaña del Capitán Nazi a hablar hace unos días. Cuando regreso, ella de buena gana dejo que el guardia nazi la atara de nuevo y mantuvo su cabeza abajo pero Bucky podía ver la piel inflamada alrededor de sus ojos y la forma en que su pecho temblaba. Bucky no podía imaginar como la persona tan fuerte que lo había mantenido cuerdo en todo este proceso podía estar tan rota y llorando.

Él asumió que ellos se habían enterado de quien era ella y lo que el Capitán Nazi le había estado haciendo a ella durante tres días seguidos. Volvió lívido a Bucky y no podía actuar sobre cualquier cosa porque lo matarían y ese sería el final del camino para él. Los otros dos prisioneros que acompañaban a Bucky y a Felicity siempre hablaban sobre revelarse y salir corriendo pero Bucky sabía jodidamente bien que si eso llegase a pasar ellos no tendrían el valor de correr. Bucky quería parar su sufrimiento y solo ir a casa.

Ahora estaba oscuro y la lluvia caía sobre el material de la tienda de campaña en donde estaban enjaulados. Bucky estaba lentamente meciéndose de lado a lado con su espalda presionada contra el catre al que estaba atado. Tenía sus ojos cerrados y estaba pensando en sus últimos momentos con Steve en la Exposición de Stark. Bucky sabía que no podía cambiar la forma de pensar del terco Steve y esperaba que no estuviera solo en el apartamento, sentado en la mecedora que estaba en la pequeña sala escuchando la radio en soledad. Steve era un buen chico; un santo comparado con Bucky, y si Bucky moría por ahí nunca se lo dirían.

Bucky dejo salir un pequeño suspiro para calmarse y susurro—: Lo siento, Steve.

—¿Quién es Steve?

Bucky levanto su cabeza y abrió sus ojos, fijando su mirada en donde pudiera observar la figura de Felicity, quien estaba frente a él. Los ojos de ella brillaron en la oscuridad justo cuando escucho su voz ronca, él casi saltaba la posibilidad de comenzar una conversación con Felicity.

Él mantuvo su voz baja para no despertar a los otros dos prisioneros. —Alguien de dónde vengo.

—Asumo que es tu familia —dijo ella con voz rasposa y cansada. Felicity cerró sus ojos y suavemente aclaro su garganta antes de volver a observar la mirada de Bucky.

—Algo así... —Bucky se echó hacia atrás, dejando caer su cabeza de nuevo.

Ella se movió ligeramente y se las arregló para extender sus piernas para que su pie acariciara el muslo de él. Bucky sabía que esa era su manera de mostrarle consuelo y sus labios agrietados formaron el fantasma de una sonrisa. La expresión de Felicity se cambió a un retrato de absoluta derrota, ella estaba bajando su guardia y el dolor en sus ojos se mezcló con la sonrisa triste causando que el pecho de Bucky se apretara.

La voz de Felicity a penas llego a él. —Barnes... Las cosas que ellos me hicieron hacer... Yo no-yo no soy la persona que crees que soy.

—¿A qué te refieres? —Él frunció su ceño e inclinó ligeramente su cabeza.

Ella aparto su mirada y sus labios se separaron y suspiro, —De vuelta a ese campo en donde estábamos peleando, yo no estaba ahí para matar nazis. Yo estaba plantada ahí en el 105 por los soviéticos como espía. Ellos me secuestraron de mi régimen original y me torturaron durante semanas hasta que dije que haría lo que ellos pidieran —su garganta se templó cuando ella se forzó a no derrumbarse—. Barnes, no te puedes imaginar todos los enemigos que me he ganado. La gente que he matado. Tengo demasiada sangre en mis manos y no es de los nazis...

Bucky estaba congelado y en silencio. Él le permitió al patrón de la lluvia ahogar su respiración esporádica, sus ojos parpadeando hacia el suelo mientras trataba de ensartar algo que decir. Bucky finalmente pestañeo y se encontró con su mirada, su voz era fuerte y llena de una certeza y le dio a Bucky un nuevo sentido de propósito.

—Más razón para salir de aquí.

Prisionero de guerra | Bucky BarnesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora