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- Versiones de Javier Blasco, Carlos Ibáñez, Manuel Blesa e Ivan Fernández, idénticas. Intentaban abrir la puerta del cuarto de limpieza al oír los gritos de una alumna del centro. Encontraron a Rubén, quien les ayudó y rompió accidentalmente el pomo. Seguidamente entré yo en la situación.

Miré a los chicos incrédulo. Se pusieron de acuerdo para esa gran mentira. Lo único cierto fue que rompí el pomo.

- Ahora, la versión de Maggie Friedman. Ella iba a su correspondiente aula cuando ustedes cuatro - señaló a los otros -, le metieron dentro del cuarto sin motivo aparente cerrando la puerta. Ella, al sufrir de claustrofobia no pudo pensar fríamente y le dio un ataque de pánico. Al rato de dar golpes y gritos, el señor Doblas rompió el pomo de la puerta y ayudándola a salir. No sabe bien su conversación, ya que estaba intentando calmarse.

Maggie y yo asentimos, mientras los otros negaban rotundamente.

- Finalmente, Doblas me ha dado su versión - dijo haciendo suspense -. Iba a su clase. Ve a sus compañeros de clase riendo alrededor de la puerta. Se acerca y oye los gritos y golpes de Maggie. Fuerza la cerradura hasta romperla. Él los amenaza si vuelven a hacer daño a algún alumno. Javier se ríe y le empuja. Aparezco yo en el acto.

Agaché la cabeza. La verdad, amenazar no fue lo más correcto. Pero le conté toda la verdad al profesor Hernandez, que era lo más importante.

- Las grabaciones, hacen entender que las versiones de la señorita Friedman y Doblas, son las que más se acercan a los hechos. Por favor, Javier, Carlos, Manuel e Ivan, vayan a dirección a recoger el castigo que les he mandado.

Ellos se fueron indignados, sabiendo que no podían discutir con el profesor, y a mi se me formó una pequeña sonrisa.

- Y usted, señor Doblas, sabe que las amenazas no arreglarán nada. Pero muchas gracias por serme del todo sincero. Se pueden retirar.

- Gracias profesor. En ese momento yo tampoco pensé con cabeza fría. Si vuelvo a enterarme de algo parecido, intentaré ayudar y contaré la verdad. Hasta luego.

Maggie y yo nos levantamos y fuimos rápido del aula.

Poetisa «r.d.g»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora