El... ¿Joven Eón?

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"Siempre que me siento perdido, recurro a aquellas personas que me dan su cariño... Y como ya lo sabrán, son pocos los que me quieren..."

Eón me pidió bajase de las manecillas y con cuidado llegase al suelo, el cual en esta ocasión, para mi alegría, si extistía... Bajé y la voz de Eón resonó en la nada, diciendo hola...?...

Todo se quedó en silencio y dí espalda al reloj, quien sabe, quizas quería ver a la nada... ¿No? ok... No tenía nada que hacer mientras estaba relativamente "solo" así que aún de espaldas al reloj comencé a cantar... Parecía un loco desenfrenado que acabase de escapar de un manicomio, y pues bueno, mi voz en sí no es divina, pero alguien tapó mi boca antes de que siguiera chirriando palabras con supuestas melodías... Y acto seguido me aparté y ví a un hombre... joven? no se como describirle, sin querer reí ya que este, había aparecido no muy vestido que digamos, con un pequeño pedazo de tela blanca que le "cubría", no bastaba, no podía parar de reir...

Rapidamente el "tipo" se dió cuenta y me dijo:
- "Por el poder de los Dioses-Dándose una palmada en la cara - ¡Espera ya arreglo esto!"
Y mientras hacía yo no se qué, balbuseaba en forma de reproche hacia si mismo... Hasta el momento yo nunca había reído tanto... Lo acepto, me sentía lo bastante rídiculo como para que mi canto de hace unos momentos fuera acorde con mi risa...
Cuando volví en mí, el que ahora si podía determinar como alguien joven, se encontraba vestido con una chaqueta que aparentaba ser de cuero, una camisa blanca por debajo, y para mi salvación llevaba pantalones y no aquel retazo extremadamente corto de tela, vaya que el chico tenía buen estilo, el hecho de que usaba zapatos que relucían hasta dejarme ciego, me hacía querer limpiar los míos... Su cabello era de color blanco, bastante interesante, estaba amarrado en una coletilla que acababa en su pecho... Waoh... Cuando iba a elogiar su rapidéz y buen estilo, me percaté de algo raro en sus ojos, en ellos se podía apreciar un reloj en función.

- ¡¿Eón?!- Me dirigí hacia el, con, según yo, una cara de completo asombro.
El chico río y dijo - "Si no fuese yo, ¿quien más viajero?"

Ahora si estaba seguro de que mi cara estaba repleta de asombro, Eón parecía un tanto... Serio, más al verlo ahora, se ve más que distinto a lo que me hubiese imaginado.

-¿Po...
Antes de que pudiese preguntarle algo, me interrumpió con una sonrisa que seguro cruzaría de lado a lado la nada...

-¡Tengo hambre! Ven, ¿Quiéres un café, abuelo?
Reí por el hecho de que me llamó Abuelo, pero bueno, si que tenía hambre... - "Quiero un Frappé y algo de comer, niño" Reímos y Eón chasqueó los dedos, pero el lugar de sonar un chasquido, sonó el repicar de la hora, y el reloj de sus ojos marcó las 12m

Llegamos a una cafetería y Eón... Bueno... - "¡HORA DE ALMORZAR!"- Gritó casi espantando a la gente que se encontraba amenamente en aquel lugar... Haciendo que una de las jovenes que se encontraba frente a nosotros se derramara café caliente encima.

Reclamando a Eón me acerqué preocupado a la chica dispuesto a pedir disculpas, ya que se que, cuando te cae café caliente encima, el dolor y ardor no es poco, en absoluto... Justo cuando llegué a ponerme frente a ella, el tiempo se detuvo y Eón dijo:
- "Ésto si que es un problema, mil disculpas, ya lo arreglo"

Retrocedió el tiempo al momento en que llegabamos al lugar y omitió su grito ensordecedor, llegamos a una mesita en una esquina de la cafetería y pronto llegaron a atendernos a la mesa.

Eón, inimaginablemente, traía dinero consigo, cosa que me dejó extrañado pero en un cómico dilema, pidió para mi el Frappé, una rebanada de pastel de chocolate y lo mismo para él.

Mientras degustabamos aquellos pequeños lujos de alimentación, pregunté a Eón lo que antes no me había dejado...
- "¿Porqué has decidido que te conozca, en persona el día de hoy?"
Sin rodeos y sonriente como si le acabasen de contar un chiste muy bueno, respondió:
- "Viajero, no te lo tomes a mal pero ¿Acaso no te gusta la diversión?... Pues a mí si, solo quería conocerte de cerca ¿vale? me pareces muy curioso, pero yo igual soy curioso en mis días libres y aproveché que hoy es uno, para divertirme un rato contigo, te ves como alguien a quien le gustan las aventuras, más parece que me he confundido..."

Entrecerrando los ojos y poniendo una sonrisa sarcástica, no dude en expresar una de mis irremplazables ideas sarcásticas elevadas... - "Hijo mío, cuando tengas mi edad sabrás lo que es duro en la vida, y no hay tiempo para curiosiar, divertirse o creerse el aventurero, REACCIONA"...- Reí luego de hacer esa escena de padre dramático arruinando la étapa infante o adolescente de su hijo y Eón tampoco pudo evitar reír.

Luego de salir de la cafetería Eón me propuso algo... - "Viajero, te he ayudado a soluciónar la mayoría de tus problemas, ahora yo requiero algo de ayuda... Se que sonará infantil, pero los Dioses nunca nos divertimos con amigos... Así que ¿Quisieras acompañar a este Dios a divertirse por algunos días? Luego terminaremos lo de tus "Errores masivos" no te preocupes. ¿Aceptas?."

Bastante intrigado y con un poco de ansias asentí con la cabeza, sonriendo... Y pues creanme, lo que sigue, jamás lo hubiése imaginado... Eón demostrando felicidad, me dió un fuerte apretón de manos, y me dijo:
- "¿Cómo no tomarte cariño?, si eres sorprendente".
Luego de esto, caí "dormido" y al despertar...

El Viajero de las Manecillas del RelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora