Arriésgate

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"¿Qué animal no es de mi agrado?... Pues, los murciélagos, ¿porqué? No lo sé, quizás porque me incomodan y sus chillidos me aturden..."

Giré mi vista hacia Eón, pero ¿Qué creen? Era tan gentil que me dejó abandonado en la oscuridad de la cueva en la que habíamos llegado a parar, con aquellos animales, que hacían que perdiera la paciencia.

Caminé hacia lo que podría llamarse cualquier lugar, sin poder evitar chocar con las piedras y hacerme raspones, a los cuales les daba la mínima importancia por el revoloteo y chillido de los an... Murciélagos, de los muy sofocantes murciélagos.

Seguí palpando y caminando, puesto que en el lugar, el riesgo a no salir, o al menos no consciente, era de un 50% al que, claro, por la desesperación le hubiese agregado los otros 50 de porcentaje... Llegué a un pequeño lugar iluminado, y decidí quedarme ahí un rato, no pude evitar gritar el nombre de Eón, tal vez se aparecía, mas no obtuve respuesta alguna... Seguí caminando pasada media hora aproximadamente, y ahí fue cuando encontré a Eón, estaba bastante agitado, hasta parecía que nuevamente tenía exceso de adrenalina y, no era para mas... Puesto que el lugar en el que me encontraba con Eón, era nada más y nada menos que una cueva, ubicada dentro del cráter de un volcán, que en esos momentos se encontraba activo y a punto de hacer erupción.
Hermoso ¿No?... Tanto como cuando se acaba la tinta de tu lapicero en medio de un exámen y nadie quiere prestarte uno.

- SACAME DE AQUÍ!" - Grité golpeando fuertemente las rocas, alborotando a los murciélacos y haciendo que cayesen algunas rocas de menor tamaño.
- "¡Hey! Tranquilo, el punto es... Buscar la salid-
-"¡¡¡No hay salida sabelotodo!!!"- Grité nuevamente interrumpiendo a Eón, más el chico dijo algo que tomé como una broma muy pesada.

- "¡La salida es por allá, viajero!- Señalando, efectivamente una salida... Pero la cual llevaba directamente a caer al fondo del cráter.

- "Estás realmente chiflado, es más, creo que los relojes en tus ojos son la prueba"- Señalando aquellos ojos que ahora cambiaban de color como locos, de su color original, color miel, pasaron a ser todas las derivaciones del color rojo...

-"No estoy chiflado, chico. Soy arriesgado, y si bien decian en muchos lugares por los que has vagado como un nómada... El que se arriesga gana, ¿No es así?

-"Si, per-

-"Shshshhh, ¡vamos! arriésgate un poco"

Luego de acceder, sólo me quedé dudoso "¡¿C-cómo... saldremos, y como evitaré morir en el intento?!"
Eón subió por las grandes rocas del cráter, tardando un buen rato en llegar arriba, mientras que yo no lo lograba, aquellas grandes rocas estaban demasiado calientes, y se me hacía imposible tocarlas y mucho mas escalar... Eón, desde arriba, notó que yo estaba desesperado por no lograr salir, y en mi desesperación, no notaba aún que el magma subía... Por lo cual me gritó con tono de impaciencia y preocupación

- "¡Viajero! ¡Ya voy por tí! ¡Pero trata de escalar lo más que puedas! ¡YA!-

Al ver la lava ascendiendo, comencé a escalar, sufría cada vez que ponía las manos sobre una piedra, pero si no lo hacía, no lo contaría. No me había percatado hasta ese momento, que ya era de noche y aquella lava, iluminaba mi campo de visión, advirtiendo su cercanía.

Segundos después llegaba a mi recate un gran Murciélago el cual se detuvo frente a mí y acto seguido subí rápidamente, Eón, quien esperaba fuera del cráter, llamó a el gran animal con un chasquido, y este pasó a su cercanía para que el joven Dios imprudente, pudiera subir a él.

Aquella erupción era bastante parecida a los fuegos artificiales que muy pocas veces logro ver... Aunque la vista fuese estupenda, mi vista fué opacada por el animal que hacía pocos minutos me había sacado del cráter, antes de convertirme en un asado o quizás en nada.

Eón, miraba sonriente al gran murciélago, mientras pasaba su mano por encima de las grandes alas del animal, los ojos del joven, estaban brillando, y cuando digo brillando es BRILLANDO, hasta hubiera jurado que eran dos farolas.

Quisiera saber el motivo por el cual sus ojos últimamente eran tan cambiantes, de tal forma en que, primero cambiase el color, y luego el hecho de que tal brillo surgiera, mas sabía que si preguntaba, la respuesta sería "Cuando cumplas con lo que prometiste" o algo así... Y pues, esa respuesta no era la que mas me gustaba, así que, decidí que era mejor esperar para obtener una respuesta que en realidad, fuese una respuesta.

Habiendo salido de aquel cráter, y llegando a un lugar, relativente seguro, pensaba en descansar un poco, así que le propuse a Eón que acamparamos, y creanme cuando les digo, que Eón es un completo chiflado, yo solo quería descansar, pude haberle dicho eso, pero NO, tuve que ser tan tonto como para proponerle... Acampar.

- "Claro, viajero"- Sonriendo con un toque de malicia, sumando la locura, que no está de más en él, chasqueo los dedos y sonó el repicar de la hora.

- "¿Quieres que muera, ¿no es así Eón?"...

"Jamás había sentido tantas ganas de golpear a alguien, en serio, Eón es, un completo desquiciado... ¿Ayuda? ¿Alguien? Oh, cierto... Nadie más que él quería ayudarme, ¿que puedo hacer a cambio? Aguantar sus locuras, pfff..."

El Viajero de las Manecillas del RelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora