Capitulo 22 FIN

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El tío Emmett se había molestado pues me decía que mis niñas no tendrían nada de él es sus nombres. Había hecho puchero durante una semana. Pero cuando le dije que a las niñas les gustaba, pues las hacia reír, a él se le paso todo enojo y se dispuso a llevar ciertos muebles para la habitación de las bebés.

La tía Alice se volvió loca comprando conjuntos para niña, todos eran hermosos. Había muchos conjuntitos para gemelas, pequeños vestiditos ligeros, sombreritos y cintillos. Había comprado botitas mullidas y chaquetas.

El cuarto de las niñas seria pintado de color lila. Yo casi le lloro a la tía Rose por ello, pues quería que fuera de ese color. Tenía una obsesión con ese color muy grande. Habíamos comprado dos cunas, nos sillas para el auto, 2 mecedoras para bebés y una para mí. Había también una cómoda blanca con mariposas color rosa pastel. Pequeños cepillos y lazos estaban colocados en un neceser dorado muy hermoso.

Las gavetas estaban llenas de la ropa que Alice y Rose habían comprado. Solo faltaban ellas.

Jacob y yo estábamos en nuestra casa. A decir verdad nos estábamos tomando el tiempo de conocerla, pues desde que habíamos llegado había estado recluida en la casa.

Era bastante grande, de dos pisos.

En el primero estaba la sala comedor, toda decorada en colores blancos y cremas. El sillón era de cuero beige. Los grandes ventanales estaban cubiertos por cortinas blancas que llegaban al suelo. La cocina estaba muy bien equipada. Nuestro comedor era enorme, y muy parecido al de nuestro departamento en Nueva York. En el primer piso había un baño, el cuarto de lavado y una pequeña biblioteca. Teníamos un jardín hermoso y con un gran cerezo en el.

El siguiente piso estaba compuesto por 5 habitaciones de las cuales, la más grande era la que ocuparíamos Jacob y yo, otra que era de las bebés, dos más de visitan y una sala de juegos que había ordenado el tío Emmett con ayuda el abuelo. Todos habían colaborado en vez de contratar a alguien que lo hiciera por ellos.

Una tarde mientras estaba sentada en el jardín de la casa Cullen comencé a tener dificultades para respirar. No le di mucha importancia así que continué con el libro que estaba leyendo. Minutos después un fuerte dolor en el vientre me hizo tirar el libro al césped. Contuve la respiración para no gritar, pero otra fuerte punzada me hizo gritar del dolor. En un minuto estaba rodeada de todos mis tíos, más atrás les seguían los abuelos. Era muy temprano así que mis padres aun no llegarían.

-¿Qué súdese Nessie?- dijo la tía Rose colocándose frente de mí.

-Me duele-dije con las manos sobre mi vientre- me duele mucho- gemí de dolor ante otra punzada.

-Creo que llego la hora Nessie. Emmett llévala a la biblioteca. Alice llama a Jacob y Jasper comunícate con Edward y Bella.

-Ahhhh- grité cuando otra fuerte punzada me hiso caer y quedar arrodillada en el suelo. El tío Emmett me levanto y me llevó hasta la biblioteca.

Eran cada vez más dolorosas, al principio eran como calambres, pero se estaban convirtiendo en una agónica tortura. Como si desgarraran mis entrañas. Sabía que ellas estaban sufriendo, lo sentía. Pero no me atrevía a bajar mis defensas, era un cobarde, por no poder hacer nada por ellas.

-Tienes contracciones cada 6 minutos Nessie. Y aun no has roto fuente. Rosalie. –Grito el abuelo- ¿Qué sucede con Edward donde esta?

-Abuelo... abuelo- grité mientras un liquido trasparente se derramaba por mis piernas.

-Clama cariño, acabas de romper fuente. Las niñas estarán aquí pronto ¿sí?- habían colocado en vez de la camilla una cama de hospital. El abuelo me estaba conectando a los monitores que emitían un pitido fastidioso. Los dolores eran intensos, así que el abuelo me inyecto un medicamento para el dolor.

Sangre Azul (Fanfic Amanecer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora