Capitulo 11

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Eran las 12 del medio día cuando me desperté. Estaba claro que mi mamá me había dejado dormir corrido. Ella había regresado en alguna hora de la madrugada. Había tratado de escuchar sus pensamientos pero cuando escuche un "debe estar muy ajustado ese pantalón" desee nunca haber accedido a su mente. También escuche un "como esta ella" y "ella sabe lo que hace" por lo menos mi madre confiaba en mi buen juicio.

Al salir de la cama pude notar que un frio gélido inundaba la habitación. Me fije si las ventanas estaban abiertas, pero mi papá había cerrado las dos ventanas que daban hacia el jardín de rosas. La puerta de mi cuarto estaba entre abierta pues me gustaba tener algo de claridad proveniente del pasillo. Me incliné incline para buscar en mi mesita de noche el termómetro que siempre tenía. Lo coloqué en mi boca durante un rato, este emitió un pitido, marcaba los 30°. Diablos!! Tenía muy demasiado baja la temperatura. Toque mi frente y en efecto estaba helada, y sudaba frio. Tenía dolor de cabeza y me dolían las piernas. Mis papás no debían verme así. Con mucha dificultad me levante de la cama y fui a duchar. Tal vez el agua me establezca la temperatura. Luego de 10 min bajé para desayunar algo, al parecer mi apetito había regresado. Noté que mis padres no estaban pues había una nota en el refrigerador.

"Ness voy al centro comercial por unas cosas, Esme quiere hacer una reunión de bienvenida, no podía decirle que no, regresaré a eso de las 2, Edward está con Emmett reparando el auto de Rosalie. Te amo cielo.

Bella"

No me sentía bien, así que me tomé unas pastillas para el dolor de cabeza y preparé un tazón con diferentes cereales que había en la alacena, aros dulces, hojuelas de maíz, copos de chocolate, malvaviscos y fresas secar, era delicioso hacer combinaciones de distintos cereales. Me había puesto una blusa manga larga negra con una enorme luna plateada justo en el centro, unos jeans ajustados unas botas altas color negro. No planeaba salir ni recibir visitas, me sentía fatal. Y ahora que haría, estaba enferma, no podía ir a la casa de mis abuelos pues mi aspecto era terrible. Tampoco podía ir a la Push, estaba débil, ¿y si provocaba un accidentes por quedarme dormida a causa de las pastillas? Ni muerta, mejor me quedaba en casa. Pero debía hablar con Jacob. Subí corriendo las escaleras en busca de mi celular. Lo tomé y empecé a escribir un mensaje de texto.

" hola amor :) como estas??... sabes?? No puedo ir a la Push hoy, no me siento bien, te prometo que mañana iré sii? Te Amoo *-*"

Luego de escribir el mensaje me arroje sobre el edredón, no tenia sueño, pero sentía como mi cabeza haría erupción en cualquier instante. Al cabo de media hora, seguía recostada en la cama esperando que las pastillas hicieran efecto. Condenadas pastillas, estudias pastillas, idiota el que las fabrico – pensaba mientras esperaba el tan ansiado alivio- sentí mi celular vibrar, era la respuesta de Jake, te hubieses tardado más en responder- pensé.

"Ohh!! Cariño siento mucho q estés enferma, pero no te librarás de mí tan fácilmente :) asómate por la ventana :)"

Sin pensar en mi apariencia me levante de un salto y miré por la ventana hacia el jardín, y ahí estaba él con una sonrisa radiante en su boca, llevaba una camisa negra y unos pantalones cortos. Llevaba también una rosa blanca en su mano y una bolsa con una caja dentro. OMG!! Era la caja que había llevado al viaje, no había revisado su contenido furtivamente por falta de tiempo, pero al parecer pronto descubriría el contenido de esa caja. Tomé mi celular de la cama y le escribí. Si... le escribí... me dolía la cabeza y no iba a gritar.

"sube tontorrón, te vez bien entre las rosas lo sabías??"

Corrí hacia la ventana para observar su expresión. Vi como leía el mensaje y se reía.

- Muy graciosa Renesmee.- grito él.

Empecé a reír hasta casi llegar a las lágrimas, si Quil o Embri seenteraban nunca dejarían a Jacob en paz... tendría que sobornar a esos dos poruna foto. Justo antes de que entrara a la casa. (Clic) se veía tan lindorodeado de las rosas rojas y rosadas del jardín. Desde la ventana vi como Jacob, arrancó una rosa roja del jardín. Estuvo en un minuto junto al marco de la puerta tan despreocupado como siempre, olfateo ambas rosas y entró en la habitación como si fuera suya.

- Su olor puede ser muy dulce, pero el sabor de tus labios no se compara a nada que haya conocido jamás – se acercó muy despacio y besó mis labios con gran delicadeza- Buenos días mi lady – Jacob hizo una reverencia ofreciéndome las rosas, era tan dulce. *-*

- Buenos días caballero. ¿Qué le trae a mi humilde hogar? – dije respondiendo a su reverencia. Amaba cuando hablaba como solían hacer en el siglo XVIII.

- Bueno mi lady, disculpe por estar en desacuerdo con usted pero... su hogar no tiene nada de humilde. –Ambos nos reímos por su broma. Él tenía razón- Creo princesa que teníamos que hablar, eso dijiste anoche, quedé preocupado.

Había llegado el momento de comunicarle a Jacob mi decisión, pero antes debía decirle en qué consistía.

- Estoy muy enferma Jake- dije con voz calma. –dije con voz calma.

- Ya lo sé cariño, te vez fatal –dijo él haciendo una mueca de dolor. Sabía que estaba mal pero no era para tanto ¿o sí? ¬ ¬

- No es gracioso Jacob.

- Ok, lo siento, cuéntame que sucede- él tomo me empujó por la cintura y nos acercamos al mueble junto a la ventana, yo me senté en el sillón y Jacob a mis pies.

No tenía idea por donde empezar. Tomé aire, y coloque mis manos sobre las suyas.

- Quiero que me prometas que siempre estarás junto a mí. Promételo.

- Ok, pero... ¿qué sucede Ness?

Al cabo de un rato le mostré todo acerca de mi enfermedad hormonal, las opciones que tenía para curarme y lo que pensaba mi padre al respecto... y a qué grado estaba él comprometido. Pasamos mucho tiempo callados, ni si quiera nos mirábamos, pero lo notaba inquieto.

Cuando el silencio se me hizo insoportable quise romper su estado de letargo, Jacob reaccionó.

- ¿Qué es lo que quieres tú? Digo, ¿qué es lo que deseas hacer? Es tu dedición. Y... ¿Qué tengo yo que ver con todo esto?

- Jacob – él volteo a verme, pude notar que sus ojos estaban brillantes por las lagrimas que no había derramado, estaba triste y confundido. Miedo y angustia, esa era la impresión que daba.-Jacob... tienes todo que ver. Quiero tener hijos... tus hijos Jake. Pero... si tú no quieres está bien.

- Creo que en estos momentos estoy de acuerdo con Edward. Ya se ha jugado con la genética lo suficiente como para ahora complicar las cosas.

- ¿Eso quiere decir que no me apoyas en esto? Bien... tomaré la decisión más fácil y renunciare a tener una familia si es lo que deseas.

- No es lo que no desee, maldita sea- gritó Jacob levantándose del suelo.- se trata de tu vida, ¿no lo entiendes?, no soy el villano, y ya entiendo las discusiones con Edward. Pienso que estas acostumbrada a tenerlo todo que no vez las cosas que arriesgas, sino que debes hacer lo que te viene en gana ¿no es así? Eres igual a Bella. Ella hizo lo mismo sin importarle nada más. Maldición eso me mató ¿sabes?

- ¿Terminaste? – dije ya al borde del llanto. No podía creer lo egoísta que Jacob me consideraba. Estaba demasiado destrozada.

- Sí!! – grito Jacob

- - pues te informo, que con tu apoyo o sin él haré lo que crea necesario- hice el intento de salir de la habitación, pero di media vuelta y grité – yo no soy mi madre Jacob. Yo no soy Bella. Recuérdalo.- dicho eso salí del cuarto dejándolo atrás.

Estaba sola. Pero sabía de alguien que estaría para mí en aquellosmomentos.    


Sangre Azul (Fanfic Amanecer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora