Era lunes... otra semana entrante... Va!!! Eso no importa cuando perteneces a una familia en la cual sus miembros nunca duermen.
Cada día era igual. Mi mamá me despertaba con un beso en la frente de sus labios fríos y duros como una piedra. Desayunaba algo y luego iba a casas de mis abuelos. Mi tío Jasper sabía mucho de historia, por eso me daba clases a las 09:00 am. La tía Rosalie era muy buena con los números así que con las matemáticas no tenía problemas... bueno no muchos. El tío Emmett impartía sus clases de acondicionamiento físico, como él lo llamaba... pero yo sabía que era una excusa para presumir sus músculos y pasearse por la casa sin camiseta... así mi abuela no lo reprendía, pero la tía Rose si lo hacía.
Mi Abuelo trabajaba casi toda la tarde así que cuando llegaba jugábamos una partida de ajedrez o damas chinas. Mi abuela Esme, era el monumento a la paciencia y a la tolerancia... aunque con ella no tenía ningún tipo de clases, me ayudaba a realizar cualquier platillo que deseara, y obligaba a el tío Emmett a probarlo, aunque no comiera comida para humanos, sabía que haciendo eso me haría feliz.
Lo mejor de recibir clases con mi familia era el hecho de pasar tiempo con mis padres. Mi querido padre era tan inteligente que muchas veces me daba vergüenza equivocarme. Biología era su fuerte, al igual que todas las demás. Ya había aprendido a dominar mi ingles perfectamente, al igual que el portugués, el italiano, y hasta un poco de alemán. Pero todo el día esperaba con impaciencia que nos sentáramos en el gran piano de la sala para tocar alguna que otra melodía. Él era un artista, cada una de sus composiciones era una historia que contar, el cual te trasportaba a algún lugar, el mundo desaparecía ante tus propios ojos. Mi favorita obviamente era la que había compuesto para mí. Cuando era más pequeña solía tocármela todo el tiempo.
Mi madre era la que me daba clases de literatura. Creo que es la inmortal que ah leído más libros románticos en toda la historia. Había escrito incluso más de 200 libros románticos publicados. Su amor por la lectura era algo que admiraba de ella. Mi Familia era mi inspiración. Cada uno con algún talento, todos eran especiales, con algo de magia en su interior. Hasta la tía Alice era la experta en las compras y decoración más talentosa que jamás había visto. Y luego... estaba yo... que mi único talento era mostrarle, literalmente, a las personas mis recuerdos. Eso no era la gran cosa en realidad. Mi inteligencia no era un talento, o terminar de leer algún libro en un día, tampoco.
Durante 6 años había crecido mucho. A pesar de tener tan corta edad, mi apariencia no era la de una niña, sino la de una adolecente de 16 años. Wau!! Hasta ni yo misma no me daba cuenta de mi crecimiento acelerado, pero mi mente trabajaba tan rápido que me sentía confundida. Es como si toda una vida se acumulara en un extremo de mi mente para dar paso a más conocimientos. Era como si cada día transcurrido fuera una semana. Pero por alguna razón, de la cual me alegraba, había disminuido mi crecimiento.
Jacob, mi Jacob... Mi mejor amigo... Mi hermano.
Aunque todas las semanas tenia clases, lograba escabullirme o excusarme para verlo, y claro los fines de semana estaba todo el tiempo junto a él.
No tenía necesidad de escribir un diario o escribirlo en mi portátil... Lo tenía a él.
No había nada... nada... que no le contara a Jake. Sabia como me sentía con respecto a lo de no tener otros amigos a parte de él y de los chicos de la Push, la reserva en la que él y su familia vivía.
Solía pasarme todos los fines de semana en la playa, contarle cualquier cosa y luego regresar a casa con Jake, tal vez alquilar una película hasta que fuera hora de irme a dormir. Para tener la apariencia de una adolescente tenía un horario que cumplir... que irónico...
ESTÁS LEYENDO
Sangre Azul (Fanfic Amanecer)
Fiksi Penggemar¿Qué pasaría si de pronto tu mejor amigo dejase de serlo?… ¿Que al que vistes como tu hermano durante tanto tiempo deje de verse como tal?... Dicen que el dinero no compra la felicidad… Es cierto… Muchos pensaron que mi vida era perfecta. Perfectos...