Flores y Recuerdos

Carta 8: Orquideas

Querido Daniel:

Justo cuando creí que todo lo que necesitaba estaba ahí tu me habías traicionado.

Pero igual aprehendí que no puedo creer en amores por palabras, porque se necesitan hechos.

Pero a mi ya no me quedaban fuerzas para odiarte porque yo estaba totalmente destrozada por dentro y no tenía a mi amiga para que me consolará.

¿Te Imaginas lo fue verlos a ambos durante semanas besándose en los pasillos de la escuela? Fue horrible sólo pasaba y fingía no verlos pero si tan sólo supieras como se sentía.

Cada vez que la besabas y la abrazabas le tenia tanta envidia de que ella si pudiera provocar todas esas lindas sonrisas, que pidiera acariciar tu perfecto cabello, de que le dieras tus abrazos, pero sobre todo de que tus besos.

Después de que había pasado un mes me di cuenta que parecía que había dejado de luchar por ti.

Pero creeme que no era eso si no que yo sólo quería que fueras feliz, y con Elissa parecías serlo.

Nunca llegue a odiarte, y en todos esos días aún me seguías gustando, aún sentía algo por ti aunque ya no era tan intenso como antes.

Habías hecho tantas versiones distintas y les habías contado a toda la escuela lo que pasó, ya todos estaban enterados.

Y que bueno que les dijiste, porque si tan sólo te hubieras sabido todo lo que ellos decían de ti cuando te ibas hubiera sido diferente; ellos decían que sólo me habías roto el corazón y que jugabas conmigo.

Lo hubieras gritado desde el techo, escrito en el horizonte par que todos y cada uno se hubieran enterado de lo arrogante que eras.

Pero el amor es de dos y todo lo que teníamos si es que tuvimos algo ya no esta, se ha ido al igual que tu.

Nuestro amor fue tan delicado como una orquidea , por eso te la envíe, simboliza lo frágil que fue nuestro amor. Igual no quería que se marchitara pero si lo hizo fue inevitable, al igual que lo que tuvimos.

Sin duda algo que reabrió mis heridas fue aquel día en el que te vi parado en puerta al llegar de clases.

Recuerdo que me dijiste que lo sentías mucho y que si podíamos hablar, pero yo ya tenía suficiente de ti y no te quería escuchar. Siempre me arrepentiré de no haberte escuchado porque en serio parecías arrepentido.

Sólo observe como te marchabas a tu casa y entrabas en ella, siempre me preguntaré que era lo que me ibas a decir.

Esa misma tarde necesitaba desahogarme y recuerdo que fui a correr al parque.

Llevaba un rato corriendo y no se porque continúe hasta el bosque, me sentía tan bien, tan liberadora y esa forma en la que la adrenalina corría por mis venas.

Llegue hasta un árbol y te encontré sentado, estabas llorando y tenias un sobre blanco en la mano, no me habías visto pero decidí no interrumpir tus pensamientos.

En serio me dolió tanto verte haci de destrozado ni siquiera me imagine el porque estabas así.

De pronto te secaste las lágrimas y te pusiste de pie, yo no quise detenerte por lo que decidí seguirte.

Llegaste hasta un pequeño lago que me encantaba desde pequeña y haci sin más te lanzaste al agua.

Yo no entendía nada, creía que ibas a nadar, pero luego de ver que te sumergiste y no volvías comencé a correr para ayudarte.

Cuando por fin llegue ya era demasiado tarde, tu cuerpo estaba flotando y supe que estabas muerto.