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Esta vez, cuando tocan la puerta, si hay alguien.

—Hola, nena, ¿Qué pasa?

—Entra y te explico.

Louis toma asiento conmigo y sin más, le paso la hoja. Al leer, veo como se le tensa la mandíbula.

—Lindsay, ¿Qué mierda es esto?

—Es un papel que dice que...

—¡Lindsay!

—¡Bueno, no lo sé! —Espeto, manejada por los nervios—. Por eso te he llamado. Necesito ayuda con eso.

Él se pone de pie, aun con la carta en mano, y empieza a caminar de aquí para allá.

—¿Estás pensando lo mismo que yo?

—¿Qué Sasha está en mucho peligro? —musito.

Se detiene y me mira.

He visto muchas cosas pasar por esos ojos grises de Louis. Odio, furia, amor, tristeza, bondad, perdón... pero nunca ternura. Por mí.

—Lids, —se arrodilla junto a mí—. Sasha estará bien, cuando menos sepa, mejor. Ellos no se meterán con ella. Es a ti a quien quieren hacer daño.

Por más extraño que sea, eso me reconforta un poco. No me importa lo que quieran hacer conmigo. Solo quiero que no se metan con mi tía. Ni con mis amigos, ni con Zaid.

No puede pasarles nada.

—Hablas como si supieras quienes son.

—Tengo la ligera sospecha de que es la misma persona que perjudicó a Sunny Flowers —dice.

Asiento.

—Yo también pensé lo mismo.

Se levanta y hace que lo haga con él.

—Vamos a La Guarida a hablar con los chicos.

—Déjame buscar mi celular y nos vamos.



Los chicos están arrumbados alrededor de La Guarida y con cara aburrida cuando llegamos. Tan pronto nos ven, Chuck se levanta viene y hacia nosotros. Le da un rápido saludo a Louis y le lanza una mirada significativa, de la cual no sé el significado, luego JJ se lo lleva a algún lugar más allá de nosotros.

—Lids, ¿Qué los trae por aquí?

—Esto.

Le paso el papel.

—Es él, ¿Verdad? —Pregunta luego de leer—. El usuario.

—Pues esa es mi teoría. Tenía un buen tiempo sin saber de ese maldito.

Él frunce el ceño.

—Deja esto en mis manos, Lids.

Dobla el papel y lo guarda en su bolsillo.

—¿Qué piensas hacer? No creo que eso ayude mucho, e realidad.

Da una sonrisita burlona.

—Tú tranquila, nena. Hay muchas cosas que se pueden hacer con ese pedazo de papel.

Asiento, consciente de que puedo contar con él y los chicos incondicionalmente.

—Gracias, Chucky.

—No hay de qué, Lids. Ya lo sabes.

Me rodea los hombros con un brazo y deja un beso en mi sien.

Radical ChangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora