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Morrison aparta la mirada.

—Esto... que bien que estés aquí, debo decirte algo —camina hacia un escritorio cercano y deja unos papeles para volver a mí, soltando un gran suspiro—. Gretta se ha suicidado.

No es cierto.

—Ella no puede estar muerta, no. No, ella debe estar malditamente viva. Tiene que decirme que está pasando. Oh, Dios.

De pronto Zaid y Ansel están a cada lado mío.

—¿Qué pasa?

Morrison les explica todo, pero ya no escucho nada. Me siento perdida. ¿Cómo demonios sabré quien es el usuario ahora?

Morrison me saca de mi ensimismamiento.

—Ella ha dejado una nota para ti.

—¿Dónde está?

Busca algo de su bolsillo y me lo entrega.

—Estaba en sus manos cuando la encontramos.

Como no tengo bolso, se la entrego a Ansel para que la guarde.

—¿Cómo murió? —musita Zaid.

Morrison se aclara la garganta.

—Ella anudo todas sus sabanas... y se ahorcó.

Ansel asiente luciendo afectado, y se retira murmurando que necesita aire. Zaid lo acompaña.

—Lo siento mucho—me mira—. Sé que era tu hermana.

—Oh, de hecho, te mentí. Esa suicida no es mi hermana.

Frunce el ceño.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Estaba tan desesperada por saber qué pasaría con ella que tuve que decir que lo era.

Ante mi comentario, hace una cara extraña.

—Igual me caes bien, me ayudaste bastante. Gracias.

Y con una sonrisa, me voy.

Ya en el auto, los chicos detienen su conversación cuando me ven. Ruedo los ojos.

Ansel quiere retirarse a su casa así que lo llevamos.

Cuando Zaid y yo llegamos a casa, vemos a Christine y Sasha en el sofá, y se ponen de pie cuando nos ven.

—¡Qué bueno que llegaron! —saluda Christine.

—Recuerden que debemos hacer las compras de la universidad.

Ugh.

—Oh, me encantaría, pero tengo cosas que hacer y...

—Esas cosas pueden esperar, linda. Vamos.

Y antes de darnos cuenta, Zaid y yo estamos dentro del coche.

—Mierda, debemos leer esa jodida carta —susurra Zaid.

—¡Oh, no! —Medio grito, medio susurro—. Ansel se la ha llevado

Al fin en casa.

Estaba tan desesperada por leer esa maldita carta que al terminar con las compras, Zaid ha ido a buscarla.

Me ducho y bajo la cocina para calmar las ansias. Preparo un sándwich de pavo y un zumo de naranja.

Cuando termino aun Zaid no ha llegado, así que le marco a Ansel.

Pero no contesta.

Estoy pensando en ir para allá cuando suena el timbre.

Radical ChangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora