11

49 1 0
                                    


Desde el hombro de Zaid, veo a Sasha corriendo hacia nosotros. Sonrío. Ahora tendré que oírla una semana reprochándome el hecho de que haya corrido al peligro.

Siento una fuerza que nos empuja a mí y a Zaid desde atrás, aun abrazados. Oigo los sollozos de Sasha desde atrás y luego me despega de Zaid de manera ruda y diciendo todo tipos que cosas sobre mi equilibrio mental, me zarandea un poco demasiado duro, y empiezo a marearme.

Zaid la aparta de mí amablemente, diciendo que he tenido suficiente.

Cuando estamos más calmados, llamo a Ansel para que me diga su paradero y cómo está Shannon, pero no contesta. Trato de respirar profundo, ellos solo deben de estar en camino a algún hospital o algo.

Ellos ya no corren ningún peligro, Bruno ya no es una amenaza, ¿no?

Kingston no fue herido gravemente. La bala solo rozó su brazo, que tiene un vendaje mal puesto hasta que lo puedan asistir. Pero descarga su ira conmigo maldiciendo un par de veces y me dice que jamás confiaría en mi otra vez y toma nota sobre algunas cosas. Mañana los chicos y yo debemos ir a la comisaria antes de que trasladen a Bruno a la cárcel estatal oficialmente. Aun no sé si quiero estar en ese juicio.

Antes odiaba tanto a Bruno por todo el daño que nos ha hecho. Pero, ¿Qué acerca del daño que le hicimos a él? Aunque lo nuestro nunca fue a posta, sufrió bastante y se volvió irreflexivo y vengativo. Claro que siempre lo fue.

Él solo embaucó a Shannon en su estúpido plan macabro.

Yo sé lo que es perder a un hermano, después de todo. Solo que yo nunca tuve a quien culpar.

Y ahora está aquí, y yo no sé dónde podría estar o en qué condiciones. Tampoco he hablado con nadie sobre su presencia en California, ni siquiera a mi tía, y es que no sé cómo decirle.

Zaid me saca bruscamente de mis pensamientos.

—Bebé —dice en mi oído—. Vamos a casa.

En la llamada número quince Ansel contesta el móvil. Después de desahogar mi preocupación insultándolo, me dice que están en el Hospital General y hacia allá nos dirigimos. Shannon tuvo una corta pérdida de la conciencia (la poca que tiene) por las fuertes emociones sufridas. Tiene una pequeña contusión en el brazo izquierdo, por lo que le pondrán un cabestrillo.

A Ansel le dieron unos relajantes y todo bien.

Cuando llegamos a casa, Sasha hace té para relajar el ambiente. Zaid y yo subimos a mi habitación y me doy un baño rápido. Le digo a Zaid que haga lo mismo y dura unos largos minutos ahí, dejando que el agua corra por su cuerpo.

Cuando bajamos, encontramos a Sasha hablando con Ceci por teléfono, asegurándose de que Shannon esté bien. Luego de un rato, cuelga.

—¿Cómo se encuentra Shannon? —pregunta Zaid.

—Está muy bien, está descansando. Cecilia estaba algo... exaltada.

—Ya me la imagino —murmuro, recordando lo sobreprotectora que es Cecilia con su hija.

—Deberías descansar —sugiere Zaid amablemente.

Ella da un largo suspiro.

—No creo que pueda dormir. —Pone su taza de té en la mesita—. Subiré de todas formas.

Luego de una breve despidida, desaparece.

Zaid y yo nos tumbamos en el sofá, y me doy cuenta de lo exhausta que estoy. Mi cuerpo se siente pesado y cansado estos días, pero he tenido tanto estrés todos estos meses que supongo que es una señal de que estoy colapsando.

Radical ChangeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora