Capítulo 57

140 17 22
                                    


No entendía por qué las cosas tenían que ir tan bien justo ahora. ¿Por qué no hace unos meses atrás? ¿Por qué tenía que ser justo a semanas antes de que tuviera que dejarlo todo? Era incluso un poco cruel. Intentaba no pensar en eso demasiado, para poder disfrutar de los momentos, pero a veces se me hacía difícil. No he cambiado de opinión, quiero irme. Sólo me gustaría que el tiempo avanzara más lento.

Ni siquiera Annie pone tantas malas caras al verme más cerca de Adam ya, sólo porque sabe que en unas semanas se habrá terminado todo. No es que nos estemos besando en frente de ella o algo así, pero tendría que ser tonta para no darse cuenta, cuando Adam estaba haciéndole caso apenas me miraba, ahora no hay quien nos calle, hablamos más que mi hermano —si es que eso es posible—, incluso nos hemos puesto de acuerdo para salir en frente de ella, no solos —con todo el grupo—, pero aun así cuenta. Ella sólo nos mira en silencio como diciendo "No les durará mucho".

Las cosas de clases deberían pasar más rápido, me estorban mientras trato de pasar tiempo con mis amigos. Sé que la universidad es agobiante para todos, pero los demás no tienen que despedirse de gente que probablemente no verá en un largo tiempo. Lo menos que quiero es pasarme los días estresada estudiando o escribiendo reportes de alguien que murió hace doscientos años. Al menos sé que me está yendo bien, si todo sigue así no tendré problemas para transferirme y empezar el siguiente año. Mientras llega el tiempo de clases de nuevo, me dedicaré a escribir. Y probablemente llorar, por lo mucho que los extrañaré a todos.

Hoy me había "librado" de clases en la mañana gracias a una reunión con Matt en la agencia, esta es la última semana que trabajaré con él. Habría renunciado antes, pero me había encariñado con el proyecto de la página web del libro que comenzamos hace un tiempo, la gente de la editorial iba a verlo hoy antes de lanzarla, no podía perdérmelo. Además, siempre era un agrado poder dormir hasta más tarde un día de semana, envidiaba a Matt.

Había venido tantas veces que ya no necesitaba ayuda de nadie, hasta me saludaron un par de personas cuando subí al ascensor, siempre que venía me las cruzaba por el camino. Igual que a Matt ahora, cuando bajé del ascensor estaba saliendo de una oficina, se detuvo para esperarme.

—¿Estás lista para tu último día? —me saludó con un abrazo cuando llegué a su lado.

—No, estoy harta de despedirme de cosas —admití cuando me soltó—. Ya sé que lo he repetido unas cien veces, pero gracias por darme la oportunidad —le sonreí.

Se rió. Después de todo mi madre tenía razón, Matt y yo nos llevamos muy bien, sólo que, no en el sentido que ella quería.

—La vez ciento uno que te digo que no me des las gracias —dijo riendo aún—, contrátame para promocionar tus libros y estaremos a mano —bromeo.

Seguimos hablando camino a la oficina donde se realizaría la reunión. Ya habían llegado algunas personas, yo me fui a hablar con los que ya conocía, Philip —el diseñador web— estaba entre ellos. Siempre que me ve, me pregunta si no he tenido que ayudar a chicos borrachos otra vez, según él, nunca le había pasado algo tan divertido mientras trabajaba. Yo nunca antes había tenido que ayudar a alguien ebrio tampoco, así que estábamos iguales.

La reunión empezó un par de minutos después. Siempre que escuchaba hablar a Matt me daban ganas de tomar apuntes, envidiaba la seguridad con la que se expresaba, estoy casi segura de que podía venderle cualquier cosa a cualquier persona, si alguna vez tenía la oportunidad de decidir con quién trabajar para promocionarme, sería él.

No sé cuándo sería ese momento, todavía me faltaba para eso seguramente. Hace unos días había vuelto a hablar con Jake y me había dicho que estaba convenciendo a Nick —nuestro jefe— para que lo dejara trabajar conmigo, él me había "descubierto", así que quería ser mi editor. A mí me parecía bien, se me haría extraño mostrarle lo que escribo a alguien que nunca he visto antes en ninguna situación, siempre trato de evitar lo incómodo. Casi nunca me resulta, pero lo intento.

Aprendiendo a vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora