Capítulo 44

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Había pensado no decirle a nadie que Matt me había dado trabajo —excepto a Chris que ya sabía—, pero luego recordé que ahora es Pablo quien me lleva a clases cada mañana, él no sería como Antonio que me lleva a cualquier lugar sin hacer preguntas. Tendría que contarle si quería que el miércoles me llevara a la agencia en vez de a la universidad o que me dejara ir con Antonio. Como seguía teniendo en mente molestar un poco a Adam, pensé que el mejor momento para contarle a mi hermano era en la cena, era el único momento —junto con el desayuno— en el que estamos todos juntos. Seguro podía decírselo en algún momento en el que Annie estuviera cerca para que ella le contara, pero quería ver su reacción, si no lo veía le quitaba toda la diversión.

Después de llegar de la agencia fui directo a mi habitación, Pablo aun no llegaba, sólo estaba Annie que ni siquiera me preguntó cómo me había ido, muy diferente a como era antes. No le di mucha importancia, gracias a que no me detuvo tendría tiempo de avanzar en las tareas de clase antes de cenar. No quería que estar haciendo otra cosa hiciera que me atrasara en los estudios, eso era lo primero, tendría que aprender a repartir mi tiempo para no descuidar nada. Aunque tener menos tiempo libre me vendría bien, era lo que quería, no tener ni un rincón de mi mente libre para que los problemas se quedaran.

Estaba revisando unos apuntes cuando abrieron la puerta de mi cuarto.

—¿Por qué siempre que llego estás encerrada aquí? —preguntó Pablo entrando.

Se sentó como si nada en un sofá pequeño que había puesto cerca del librero.

—¿Nadie te enseñó a golpear la puerta? —pregunté sin levantar la vista de mi cuaderno.

—Estás leyendo ¿Qué importa si golpeo o no? —se encogió de hombros— No me respondiste, tienes todo el departamento ¿Qué haces aquí?

—No quiero ver a Annie, despierta un instinto asesino que ni sabía que tenía en mí —bromee.

Se rió. Esperaba que no me preguntara por Matt, arruinaría mi momento.

—Vas a tener que aprender a convivir con ella como antes —dijo sacando un libro— ¿O le pedirás a mamá que busque a otra persona para el próximo año?

No había pensado en eso, pero ahora que Pablo lo menciona, tal vez no era una mala idea, yo estaría en New York todo el verano, era tiempo suficiente para que mi madre buscara a alguien más, yo ya no volvería a llevarme bien con Annie y así evitaría ver a Adam a cada rato.

—No sé —le contesté todavía pensando— No sé qué haré todavía.

—Tienes que ver lo que te haga estar más cómoda —me sonrío.

Asentí. Como si nos leyera el pensamiento Annie llegó a decirnos que la cena estaba lista, antes de que Pablo me siguiera preguntando cosas salí rápido de la habitación.

...

Ver la cara que tenía Adam me hizo dudar de mi plan, hasta hizo que me sintiera culpable. Estaba casi tirado en la mesa en vez de estar sentado normal y se veía a punto de quedarse dormido. Pablo y yo nos sentamos en silencio, casi siempre él le ayuda a Annie a servir, pero ya estaba todo listo cuando llegamos. Luego de unos minutos Annie se sentó a comer también.

—Come un poco y te vas a dormir —le dijo a su hijo que apenas había puesto atención a su plato— No puedes irte a la cama con el estómago vacío.

De malas ganas Adam tomó el tenedor y comenzó a revolver el arroz.

—¿Tan mal te dejó el examen? —le preguntó Pablo.

Aprendiendo a vivirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora