Capitulo 8.

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Espero que este cap les guste.

***

Beth.

Me quedé pensando en la propuesta de Maggie, no sabía si ir o no a su casa. Ella en verdad me gustaba, me parecía hermosa, pero...no sabía cuál era la mejor decisión.

Las clases terminaron y me fui a casa. Al llegar me puse a pensar en que estaba muy sola, no tenía a quien recurrir en estos momentos, así que me fui a dormir.

Horas después.

Me levanté sobresaltada, ese sueño estuvo muy caliente, jamás había soñado así, fue muy real.

Dios, ella me tocaba y me besaba de una forma... *largo suspiro*

Quizás estaba soñando lo que quiero que pase, espera, POR DIOS BETH YA BAJALE A LA CALENTURA.

Mire el reloj y vi que ya era hora de ir a casa de Maggie, estaba muy nerviosa.

Me cambie de ropa y Salí de casa.

En el camino no dejé de pensar en ella.

Cuando llegué a su casa, toqué la puerta, sentí que mi corazón se iba a salir del pecho.

Maggie me abrió, estaba tan sexy, llevaba un pantalón negro ajustado y una camiseta holgada, casi me daba un infarto.

YA BASTA BETH. No puedes seguir pensando en eso.

Ella tenía una mirada oscura llena de lujuria. Eso activó todas mis hormonas.

-Hola Maggie – Dije.

-Hola- Me respondió.

En serio se veía hermosa.

-Este.... De nuevo lo dijiste en voz alta.

-Mierda.

Re mierda, Porque siempre pienso en vos alta.

Maldita conciencia.

-Si... Quieres pasar?- Me pregunto ella nerviosamente , al instante se empezó a morder el labio , SEÑOR POR QUE ME HACES ESTO.

-Por dios no hagas eso, me enloquece.

-Ah sí? Esto te provoca- Dijo ella mientras se mordía el labio.

-Tu qué crees?-Respondí yo siguiéndole el juego.

- Que sí – Me dijo con una voz y mirada inocente.

Maggie.

Esto se ponía cada vez más interesante. Al parecer le gusto a Beth y la provoco fácilmente.

Sin pensarlo dos veces me lancé a sus labios y la tiré salvajemente a mi sofá.

Dios. Sus labios eran tan suaves, tan pequeños y perfectos. Tal como ella.

No Maggie, no puedes pensar en eso, tú no puedes quererla, no puedes sentir este tipo de cosas, ella es tan... Pequeña e indefensa...sabes muy bien que la lastimarás tarde o temprano.

Decido ignorar esos pensamientos y sigo en mi labor.

Me coloco encima de ella y sigo besándola, Siento que respira con dificultad y decido tomar el dobladillo de su camisa y levantarla lentamente, poco a poco descubro su hermoso abdomen... Es tan perfecto como ella.

Le quitó la camisa y la tiro lejos, Sigo besándola y trato de soltar su brassier, es negro y de encaje, eso me enloquece más.

Sin pensarlo se lo quito y no puedo creer lo que veo, como puede ser tan hermosa, sus pechos son redondos y firmes. Nunca creí que fuera así.

Esa chica tímida que me trataba tan bien es simplemente perfecta, una pequeña diosa.

Volví a su boca y lentamente me fui a su cuello, daba pequeños besos y sentía como Beth se estremecía. De su cuello pasé a sus pechos, dios, ella sabía tan bien – pensé esto mientras lamía uno y mis manos jugueteaban con el otro.

Beth comenzaba a gemir y yo sentía como mi ropa interior se iba estropeando, seguí mi camino. Besaba su abdomen mientras trataba de soltar su jean.

Lentamente lo desabroche y yo volví a sus labios, ahora era adicta a ellos, le bajaba el pantalón, ella no pudo más. Me alejó y se lo quitó ella. Ambas reímos. Me sentía tan bien

Y sólo dije - Te quiero.

Ella me dio la mirada más tierna y hermosa del mundo y tímidamente me dijo -Yo también te quiero.

Recorrí nuevamente su cuello y bajé hasta su parte más sensible, la toqué tímidamente y joder, ella estaba demasiado mojada.

Eso me puso a mil y no aguante más. Como si mi vida dependiera de ello le quite esa delicada prenda que hacia un perfecto juego con su brassier, la contemplé y Sonreí. Esto era perfecto.

Comencé a besar la parte interna de sus muslos, ella solo gemía, Llegué a su sexo y Lamí.

Me volví adicta a su sabor.

Mi lengua comenzó a hacer pequeños círculos en su parte más sensible, ella se estremecía cada vez más. Escuché como gemía mi nombre y solo introducí mis dedos, Con un ritmo constante buscaba darle placer. Beth comenzó a pedir más y yo sin pensarlo se lo di. Mis dedos salían y entraban con rapidez y lo alternaba con los juegos que mi boca le daba, ella no aguantó más, junto con un fuerte grito y contracciones supe que había tenido un orgasmo.

Le di un tierno beso en los labios y me acosté a su lado.

Beth.

Dios. Eso fue maravilloso, ella simplemente me llevó a otro jodido planeta, Ahora no sé qué pasará, No somos nada. Solo unas simples conocidas.

Quizás me arrepiento por haber aceptado que esto pasara.

Decido levantarme de su lado y buscar mi ropa, Trato de vestirme lo más rápido posible, Maggie solo me mira confundida.

-Yo... Lo siento...Es mejor que me vaya.

-Pero Beth...- No la dejé terminar.

-Adiós- Dije mientras corría a la puerta.

Pero ella fue más rápida y me sujetó, me cargó y me llevó a su habitación.

-No dejaré que te vayas- Dijo Maggie -Tu eres la única persona que en realidad se ha preocupado por mí y ahora no te dejaré ir-Continuó ella.

-Pero Maggie... Apenas nos conocemos -Le dije yo.

-Podemos conocernos... Yo te quiero Beth.

-¿Eso crees?

-Claro, estoy segura.

Ella me besó y me sentí la persona más feliz del mundo. Hasta ahora, nunca me imaginé lo que iba a pasar.

***

REPITO: Disculpen por los horrores de ortografía.

Este capítulo va dedicado a Art, gracias por ayudarme con esto, te debo una.




La chica de los audífonos (ALREN) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora