Me he enamorado de ella.

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Enero 26.

-Lizzie-:

Bajo las escaleras con mi bolso en mi hombro. Me dirijo hacia el comedor en donde están mis padres. Sonrío y beso la mejilla de cada uno.

—Papá, ¿me llevarás a Ashton?

—No, Lizzie, le prometí a tía Milly que le ayudaría con algunas cosas.

—Está bien, le diré a tío Toby que me lleve entonces —digo a punto se subir las escaleras para ir a la habitación de Tobias, pero mamá me detiene.

—No, Liz, Tobias no puede llevarte.

—¿Por qué?

Oigo algo golpear el suelo y me vuelvo para mirar el final de las escaleras, y ahí está Tobias con una maleta en mano.

—Lizzie, pensé que estabas en la escuela.

—¿Te vas de viaje? -le pregunto, frunciendo la frente.

—Lizzie, tu tío ha tomado la decisión de irse de casa, pero irá a casa de tus tíos —explica mamá.

—¿Por qué? —pregunto aún mirando a Tobias.

—Tomó la decisión porque él me dijo que cuando yo saliera, él se iría de casa —interviene papá, yo volteo para mirarlo.

—¿Pueden por favor dejarlo hablar a él? —les digo a mis padres, ellos fruncen las cejas pero asienten—. Tobias, ¿por qué te vas? —le pregunto de vuelta, mirándolo de nuevo.

Él se acerca hacia mí y me acuna entre sus brazos, acaricia mi cabeza suavemente y susurra:

—Después te digo, pequeña —da un beso en mi cabeza y se separa.

Dirige la mirada hacia mis padres y mis ojos se cristalizan. Les da una sonrisa y luego va hacia ellos para abrazarlos. Se separan, él agarra su maleta y sale de casa, así, sin más.

—¿Van a dejar que se vaya? —pregunto sin voltear para mirarlos.

—Él tomó su decisión, no podemos obligarlo —responde mi mamá—. Vamos, te llevaré a Ashton.

—No —me niego—. Iré sola.

—Ashton no está cerca, no puedes ir caminando.

—No voy a ir caminando, hay una parada de autobús cerca. Que tengan un buen día, nos vemos después -me despido y me dirijo a la puerta.

—¿No tomarás el desayuno?

—Comeré en Ashton —respondo y salgo de casa.

Camino hacia Ashton pensando en Tobias, me niego a aceptar que él se vaya de casa, es mi segundo papá, ha estado conmigo en las buenas y en las malas, me ha acompañado, ayudado, aconsejado. Y ahora que mi padre está aquí, compartir esa felicidad los cuatro es lo que quiero hacer. Pero él estando en otra casa, sería algo complicado.

Cuando llego a la parada, me apoyo en un poste, cerrando los ojos, una lágrima empieza a asomarse pero la detengo a tiempo.

—Hola, Lizzie —saludan, abro mis ojos y veo a Michael sentado en la banca.

—Hola Mike... Lo siento, no... No te había visto.

—¿Te sientes bien? —me pregunta haciéndose a un lado, indicándome que me siente junto a él.

—No mucho —respondo únicamente, sentándome en la banca.

—¿Quieres decirme qué te sucede?

Mi padrastro, mis papás, y yo #R3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora