Lo que nos hace felices.

154 20 8
                                    

Lean nota final, obdzkn.

Capítulo dedicado a: 

Enero 27.

-Martina-:

—Jorge, ábreme por favor —le pido por décima vez a Jorge, quien sigue encerrado en la habitación desde que llegó con Lizzie—. Llevas una hora ahí, Jorge.

Espero cinco minutos más y escucho la puerta abrirse, veo a Jorge devolverse a la cama, yo entro y vuelvo a cerrar la puerta. Me dirijo hacia la cama para sentarme y lo veo con una almohada cubriendo su rostro.

—¿Quieres hablar? —le pregunto bajito, él se quita la almohada de encima y me mira. Tiene sus ojos rojos y cristalizados.

—¿De qué quieres hablar? —pregunta en el mismo tono de voz mío.

—De lo que pasó con Lizzie.

Él resopla y se sienta en la cama.

—Es imposible no sentirme mal cada vez que me nombran a Pablo y Ruggero. Me siento culpable... ¿Y cómo no sentirme así?, si es mi culpa de que ellos ya no estén.

—No te culpes, Jorge, si ya no están es porque tenía que pasar... Quizá ya habían cumplido su labor en el mundo. No te mortifiques.

—Es tan difícil —dice mientras su voz comienza a romperse.

Estiro mis brazos y lo atraigo hacia mí envolviéndolo por el cuello. Él aferra sus fornidos brazos alrededor de mi cintura y posa su rostro en mi hombro, en donde empieza a derramar unas gruesas gotas de agua salada. Alargo mi brazo derecho hacia su cabeza y acaricio su castaño cabello, el cuál se cortó hace unos días.

—Lizzie te quiere pedir perdón, se siente mal por haberte dicho eso.

—No me molesta lo que Lizzie dijo, me molesta pensar en mis difuntos amigos y sentirme culpable.

—No tienes por qué sentirte culpable.

—Pero me siento así. Me siento culpable... Sin ellos me he sentido solo todos éstos años...

—Shh —lo corto—. No estás solo, amor —le digo y él se separa de mí para mirarme con confusión con su ceño levemente fruncido—. Tienes a tu hija, a tus amigos, tu madre, tu hermana... Y sobre todo... Me tienes a mí —susurro mientras llevo mis manos a sus mojadas mejillas y las mías también se empiezan a humedecer por causa de las lágrimas que comienzan a salir—. Jamás voy a dejarte solo, Jorge, jamás ¿sí? Así que no te sientas así.

Él lleva sus manos a las mías y las deja ahí unos segundos, respira hondo y cierra sus ojos mientras esboza una pequeña sonrisa.

—Me hace bien que me digas eso.

Sonrío y acerco mi rostro rápidamente al suyo, para envolver nuestros labios en un cálido beso, y en el medio de éste, Jorge sonríe grande, imito su acción y nos separamos.

—Te quiero conmigo y jamás soltarte —me susurra sonriendo—. Tengo una idea —me dice con un tono de voz más alto y se pone en pie—. Ponte más linda de lo que eres, pero cómoda, nada elegante, saldremos de picnic.

 Siempre supe que Jorge tenía problemas de bipolaridad, bueno, no.  

—Perfecto, voy a despertar a Lizzie.

—Oh no —canturrea—. Tú y yo iremos de picnic, ella seguirá durmiendo —dice sonriendo.

—Ve y prepárate, yo alistaré lo que llevaremos.

—Dile a Jenna que te diga en donde hay canastas.

—Está bien —me guiña un ojo y sale de la habitación.

Mi padrastro, mis papás, y yo #R3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora