Colusión. [ Kaisoo ]

01.

En la puerta me encuentro parado, inquietó, asustado de que algo me llegase a pasar y que el individuo que ayude a pasar a la cabaña no se hubiese olvidado de mí. Cuando de la nada escucho que abren la puerta, levanto la mirada y me encuentro con unos ojos café oscuros los cuales les pertenecen a mi acompañante, doy pasos rápido y certeros para entrar, y no quedarme afuera a ser presa de los mutantes. Dentro ya de la cabaña, veo que sierra con rapidez; volteando se dirigiéndose a lo que parece ser una pequeña cocina y todos esos acciones van siendo seguidas por mis curiosos ojos, pues desconozco poco de él.

— Sigueme Me — lo dice bajo; por el silencio del lugar lo pude llegar a escuchar, al no ver que lo siga; viene hacia mi y toma mi muñeca arrastrándome a esa deteriorada cocina — ven, vamos. 

No alejo su mano de mi muñeca, sintiendo que es una persona buen corazón, sin importar que lo acabo de conocer y rescatar. Lo que me recuerda que tengo que preguntar su nombre si o si a como dé lugar. Cuando voy abrir mi boca y formular la pregunta me hace callarme; tapando me la boca y haciendo con su otra la cual a soltado mi muñeca para hacer una señal que debo hacer silencio.

Ya pasado el ruido para nuestra fortuna, me suelta y saca algo de los cajones de esa pequeña habitación donde hay utensilios de cocina; yo en cambio me siento en una silla la cual a mis ojos se ve lo suficiente fuerte para soportar mi peso. Silenciosamente mis globos oculares dan un vistazo a ese lugar en particular de la cabaña; tiene unos cajones de los cuales aquél chico de ojos color café oscuro todavía sigue registrando, unas hoyas y satenes esparcidas por el suelo, como si algo o alguien estuvo antes que nosotros. Salgo silenciosamente del lugar y me dirijo a las escaleras las cueles les di un pequeño vistazo cuando entre; el rechinar de la madera se filtra por mis oídos, produciendo me un poco de dolor de cabeza.

Libre de ese tormento del rechinar de la madera, puedo ver al fondo del pasillo una puerta, muy bonita a mi parecer. Retomando mi andar me dirijo a aquella puerta que a captado mi atención, viendo al pasar las paredes todas deterioradas, moho por la humedad. Me traen recuerdos de como era mi infancia antes de que toda esta catástrofe sucediera; la llegada de los mutantes no fue bien recibida, más bien desatamos nosotros mismos los humanos nuestra perdición en la cual estamos viviendo ahorita sólo por no aceptar una raza diferentes a nosotros.

Paso las yemas de mis dedos por aquella puerta de madera de roble, es suave al tanto a pesar de lo deteriorada que está. Acercó mi oído, tratando de captar algún movimiento dentro de la habitación misteriosa. Todo está en completo silencio hasta parece escalofriante, el no escuchar nada. Una mano en mi hombro me hace ponerme rígido como una estatua, apunto de soltar un grito de sorpresa me tapa la boca y dice en voz baja :

— Shuuuu , soy yo... — susurra en mi oído suavemente, como temiendo a ser atacada por mi, pero yo no sería capaz de dañar a mi propia especie — tranquilo... — relajó mis hombros por la tensión del susto que me provocó.