Caer, tomar aliento y levantarse.

11 2 0
                                    

No es posible negar el sufrimiento que tuve que pasar al saber de su partida, en mi cabeza pasaron muchas cosas durante ese instante, ese mismo instante que volvió a dejarme en cama, totalmente destrozada, ahogándome en mi amargura de no poder hacer nada para evitar la partida de Mason; jamás imaginé el sufrimiento que ésta traería consigo al dejarte ir.

Entonces, fue cuando me encontré con Tony, un chico que estudió con nosotros tiempo atrás; él sabía de mi amor por Mason, sabía lo que el tenía para decir y sabía más que todo, lo que yo necesitaba oír.

Sus palabras han quedado grabadas en mi memoria; aún recuerdo cuando me miró y me dijo:
-¡Sophie, de verdad que eres tonta o qué! Él aún te quiere, hace tan solo dos semanas que hablé con él, y no se porque, pero comenzamos a hablar de tí, de lo mucho que habías cambiado y en lo que te habías convertido; en como fueron las cosas, en lo mucho que el te quiso y lo que aún te quiere.

Esas palabras, esas simples palabras, hicieron que mi cabeza se llenara de ideas locas, entre una de ellas, ir a verlo antes de su mudanza. En mi mente, pensaba que si lo iba a ver, quizá el se quedaría, sé bien lo tonto que suena, pero quería pensar que fuera así, como en las películas, donde el chico deja todos sus sueños de lado por irse con el mejor de todos, la chica.

Fue así como llegué a convencer a Tony de mi loco y ridículo plan; ir a verlo.

La cosa está en que la mayor parte del tiempo mi papá se encontraba conmigo en casa y la única manera de que él dejase que yo saliera de casa era diciéndole que iría a hacer tareas; mi madre sabía del plan, no lo aprobaba del todo, pero jamás se negó; creo que ella utilizaba la psicología inversa para que yo no fuera, más sin embargo, para mí ya estaba decidido.

Ese día, acordamos en juntarnos con Tony en juntarnos justo a las 15:00 hrs para regresar a las 17:30 hrs en punto.

Tomamos camino, pero el autobús nunca llegaba, eran las 15:10 cuando decidí que era una mejor idea ir a pie, total, un poco de ejercicio no le cae mal a nadie ¿no?
Estábamos a punto de llegar cuando vimos a tres muchachos pasar -no más de 16 años- lucían desarreglados y un poco desconfiables, pero seguimos caminando; pero luego, sentí como alguien rodeó mi cuello, no era Tony, era uno de los muchachos, que realmente eran ladrones; no puedo olvidar el negro de su mirada, me pidió mi bolso, se lo di, le quitó su reloj a Tony, me manosearon y salieron de nuestra vista corriendo.

Mi reacción, como era de esperarse tratándose de mí, fue temblar, pero Tony me dijo que me calmara, ¿Cómo iba a hacerlo? si se habían llevado todo, mi dinero, mi celular, mi labial, todo; se llevaron hasta mi esperanza de ver a Mason.

Íbamos de regreso cuando vimos a la policía, así que corrimos a avisarles; 15 minutos después llegaron a llamarnos para decirnos que los habían encontrado, fuimos, Tony los golpeó de la rabia que sentía por dentro; dijeron que irían por nuestras cosas, así que al recuperarlas, la policía llegó a mi casa, dónde, para mi mala suerte, mi papá se encontraba.

Al llegar la policía mi padre salió, le explicaron lo ocurrido y lo hicieron firmar unos papeles, yo estaba muriendo por dentro, porque sabía lo que estaba por llegar. Mi padre entró a la casa, fue a mi cuarto y me miró con una mirada de horror, de odio, me golpeó y llamó a mi madre; ella me encubrió a toda costa, pero el sin embargo, me quitó el celular y las llaves de casa.

Tres meses tuve que sobrevivir sin celular, sin Mason, sin internet, sin nada.

Tú allá, yo aquí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora