Tú allá, yo aquí.

¿Y si te olvido?

Cómo ya he contado esa historia, no quiero recordarla en este momento; como sea. Luego de lo que ustedes ya saben que pasó, decidí que necesitaba respirar otros aires, necesitaba superar todo aquello que me había abofeteado tan de repente. Pasé el resto del año pensando en él, sí; pero en Enero decidí olvidarlo, y que, para hacerlo, necesitaba tener otra perspectiva, ver otros lugares y no pensar en él.

Con esas ideas ya metidas en mi cabeza, logré convencer a mi madre de quedarme a vivir temporalmente con mi tía Sandy, mi tía favorita. Ya en su casa, trataba de estar concentrada en cualquier otra cosa, ya había borrado todas sus fotos y cualquier cosa que pudiera traerlo a mi memoria.

Estaba dispuesta a todo, dispuesta a superarle, a no quererle más; pero obviamente, no tenía idea de lo que luego iba a pasar.

Un día, estaba frente a la casa de mi tía, estaba sentada, respirando un poco de aire fresco, mientras me tomaba unas cuantas fotos, y de repente... ¡BOOM! El mensaje menos esperado. Como habrían de esperar, pues sí, era Mason. No daré muchos detalles de lo que hablamos porque realmente quiero reprimir esos recuerdos, pero en ese momento, me sentía destrozada, mi pequeña burbuja lejos de él había reventado justo ante él; y peor aún, me había dado ya la terrible noticia de que se había ido, no solo a high sources, sino del país.

Con su usual encanto, logró que quebrantará mi idea y volví a hablarle tal y como solíamos hacerlo. Pronto me di cuenta de que no era más que una diversión para él. Dejamos de hablar en Abril creo, ya que con su singular suspicacia, quería convencerme de mostrar más de lo que nadie ha visto de mí. Al decirle que no, se despidió frío y seco y volvió a alejarse por un buen tiempo. Ya que la distancia iba a impedir cualquier tipo de cambio, supuse que de nuevo, todo había terminado.

Tenía miedo de recordarle, pero, tenía más miedo de olvidarle...