¿Una relación a distancia?

9 2 1
                                    

Seguramente conocen de sobra Snapchat, pues verán, lo que pasa a continuación se centra en esta simple pero letal aplicación...


En el colegio solo una amiga sabía de Mason, solo ella sabía mi historia y era ella la única enteramente sincera para decirme la verdad al respecto. Ashley (mi amiga) solía tener el don de escucharme como nadie, pero así mismo, decía siempre su opinión, al contarle esto, ella me gritó lo grotesco que le parecía Mason, me demostró su enojo por sus acciones y me dio su apoyo incondicional. Ya con Ashley en mi vida, se me hizo mucho más fácil poner mi mente en otra parte, ya que pasábamos la mayor parte del tiempo con ella y nuestras otras dos fieles amigas, Liseth y Brisa; quienes luego de cierto tiempo también estaban enteradas de la trágica historia de un amor adolescente. Ellas compartían la misma opinión respecto a Mason y, aunque aún era muy importante para mí, no podía discutir con ellas, es decir, yo les había dado cientos de argumentos enteramente válidos para que cualquiera tomase represarias en su contra.

Mis nuevas amigas sabían como hacerme reír, teníamos tanto en común que hasta parecía que compartíamos una pequeña parte del cerebro. Leímos algunos libros en conjunto y discutíamos al respecto, comíamos juntas, reíamos todo el tiempo; en fin, ellas lograron hacerlo desaparecer por un tiempo. Por supuesto que cuando leía algo de amor, todo volvía a mi memoria y terminaba llorando a mar de lágrimas, ya que tocaban mi corazón esas dulces palabras. Todo esto me inspiró a comenzar a escribir.

No tengo presente exáctamente cuándo, pero volvimos a hablar, ahora por snapchat, ya que había comenzado a usar la aplicación. Él sabía como hacerme olvidar todo lo malo, sabía hacerme reír. me mandaba videos cantando, me mostraba su lado más tierno y compartíamos muy buenos momentos.

Comenzamos a hacer llamadas por medio de la app, amaba verle, saber que aún existía para él. Ya había olvidado todo lo malo de nuevo. Nuestras conversaciones solían ser muy entretenidas. Recordabamos viejos tiempos como cuando vivíamos enfrente, cuando salíamos a jugar, cuando peleábamos, hablábamos de amigos y de series viejas, juzgábamos las caricaturas recientes, nos reíamos el uno del otro hasta que volvió a pedir fotografías inadecuadas.

Ya se había vuelto una rutina para mí, veía sus snapchats, le hablaba, reíamos, y volvía a lo mismo, se molestaba y así se volvió nuestra relación...

Era de esas en donde,  no éramos nada, pero lo éramos todo; o al menos para mí, lo era todo.
Empezaba a acostumbrarme de esta nueva versión de Mason, tanto que, olvidé lo audaz que era para mentir. Cierto día (supongo que estaba de malas) como siempre, comenzó con sus peticiones inapropiadas y al decirle que no, se puso muy molesto, a tal punto de decirme cosas que, aunque no eran insultos, herían más que cien espadas clavadas dentro de mi pecho.

Su típico actuar había vuelto, se tornó grosero y fatalmente cortante, pero, lo peor; lo que hizo que me quebrantara del todo fue que, recién pasadas dos horas, subió una última foto esa noche, una foto que, aún tengo presente. Sus palabras eran tan desgarradoras que tuve que obligarme a leerlas una y otra vez, para ver si así lograba entender su falta de amor, su falta de conciencia, su falta de humanismo al saber que, aunque rompería mi corazón, se le hacía divertido burlarse de mí.

Ese snapchat, nunca lo olvidaré, sus palabras eran claras: "Y ella en serio creyó que la quería"


Lo más triste era que, sí, efectivamente, volví a confiar en él, volví a darle mi corazón aunque sabía que volvería a destrozarlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 09, 2017 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Tú allá, yo aquí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora