El lago

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Cuando pierdes a las personas que amas, por alguna extraña razón las pesadillas siempre atacan, habían pasado ya cuatro días desde que había tenido una...

Desperté llorando y gimiendo, por suerte mis abuelos no se dieron cuenta, y lo agradecí porque no quería angustiarles más de lo que ya estaban. Me levante de la cama, me vestí, y salí por la ventana hacia el lago. 

La noche estaba perfecta, al menos en eso los dioses me favorecían. La luna llena iluminaba los senderos y podía ver perfectamente por donde me dirigía. Parecía una sombra moviéndome de un  lugar a otro, siendo sigilosa para poder evitar miradas curiosas, además no era difícil siendo una niña de 13 años. Por suerte nadie me vio, aunque claro ya era entrada la noche así que mas que suerte, fue el Dios de los sueños quien me ayudo. 

Cuando llegue al lago, suspire, me sentía más tranquila con el sólo hecho de estar ahí, pero aún no iba al lugar que quería... el lugar que era especial para mi madre y obvio para mí. 

Saque de entre mi ropa el collar que mi madre me regalo desde bebé. Extendí mi mano hacia el lago y recité las palabras que ella y mi padre me enseñaron. La luz de la luna, reflejada en el lago se extendió hasta donde estaba y supe que era momento de entrar. Regrese mi collar a su sitio y avance hacia el agua...

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