El agua comenzó a arremolinarse a mi alrededor mientras avanzaba, cuando llegué al centro del lago, ésta me trago por completo y me transporto a aquel lugar.
La luna tenía el mismo brillo que en el mundo humano, pero a diferencia del otro lago en el que yo me encontraba estaba lleno de pequeñas luces a mi al rededor. Fui directa hacia la orilla y corrí por el bosque hasta llegar a la villa de los árboles.
Cuando vislumbre las casas construidas cerca de la copa de pinos gigantes, no pude evitar empezar a llorar. Y justo antes de alcanzar la morada que quería y ver a la persona que quería, ella ya estaba ahí. Me lance a sus brazos, gimoteando y llorando. Todo lo que había acumulado en las semanas anteriores salió como un torrente y no pude detenerlo. Thalia, no preguntó nada, supuse que ya sabía todo lo que tenía, así que sólo me consoló y me dejo desahogarme hasta quedar vacía.
Una vez que me tranquilice, ella preguntó que si ya estaba mejor, yo asentí y le pregunté que si ya sabía lo de mis padres, Thalia contestó que sí, que lo había sentido, después de todo ella y mi madre habían sido mejores amigas. Suspire, y seguí gimoteando en silencio. Thalia me sonrió, beso mi frente, me cargo y me llevo hasta su casa.Me dejo en la cama, y se fue a preparar té.
Adoraba el lugar... y cómo no adorarlo? Qué niña no le gustaría estar en la casa de una hada?
Después de unos breves segundos, ella regresó, y me aferre a Thalia una vez más, enterrando mi cara en su pecho, me gustaba como olía, a flores. Ella me acarició el cabello y comenzamos a hablar de cómo me sentía, así que comencé a sacar todo otra vez, sólo que ahora no hubo tantas lágrimas.
Luego de hablar por no sé cuanto tiempo, ella me dio la infusión, la cual provoco una reacción inmediata de tranquilidad. Le agradecí, ella me beso en la mejilla y dijo que no debía agradecerle, que lo hacía con todo el gusto, porque me amaba. La abrace una vez más, y Thalia me susurro una y otra vez que no estaba sola, yo asentí. Hablar con ella era un bálsamo.
Posteriormente, comencé a quedarme dormida, y lo último que escuche fue la voz de Thali diciendo que descansará...
A la mañana siguiente, cuando desperté estaba en mi cama y el dolor que llevaba ya no era una carga, aún me sentía triste, pero ya no dolía. Así que me vestí y salí de mi recamara. Mis abuelos aún no despertaban, por lo que decidí preparar el desayuno, gracias a los dioses hoy no era día de escuela.
Después de desayunar, y hacer mis deberes, decidí salir a caminar, le pregunté a mi abuela que si no necesitaba nada, ella contesto que le comprará harina y carne, asentí, tomé una canasta, ella me dio un papel para que se lo diera al carnicero y salí hacia el pueblo.
En el momento en que llegué al centro del pueblo, vi a Elena, estaba con Jake, y por alguna razón no me dieron ganas de acercarme, sin embargo, ella se dio cuenta que estaba ahí y corrió a verme, me abrazo y al separarse dijo que notaba algo raro en mí, me encogí de hombros sin saber que responder. Jake igual se acercó y me miro de una extraña forma que me incomodo, así que le dije a Elena que ya debía irme porque tenía un encargo que hacer, ella hizo un puchero pero no me reprochó, supongo que era porque quería conocer más a Jake, me despedí de ella y queriendo o no también de Jake, pero al hacerlo él extendió su mano, no entendí porque, pero no iba a ser descortés, ya tenía suficiente con un regaño de mi abuela.
Tomé su mano, pero me quedé pasmada, sentí un papel, lo mire, el volteo mi mano de forma que no dejará caer la hoja, luego retiro su mano lentamente. Y le dijo a Elena que si podía seguir mostrandole el lugar, ella sonrío y jalo a Jake, yo por alguna razón cerré mi mano y deje que se alejarán, cuando Elena y él salieron de mi vista, desdoble el papel y leí.
"Sé tu secreto"
Me quedé pasmada ahí, a qué secreto se refería... a caso me había visto en él bosque?
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Horizonte
Short StoryCuento corto Maia es una joven que después de perder a sus padres conoce a Jake, alguien que viene a cambiar su vida... Sin embargo, el destino los separa, y ella suele ir a caminar a la playa viendo hacia el horizonte, esperando que él retorne