Capítulo 3

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— ¡VAMOS RUBIA! —Escuché chillar a Izan desde las gradas mientras intentaba que el balón no se me resbalara de las manos.

Le sonreí y noté como unas manos frías me acariciaban la espalda provocando que el balón se me fuera hacia otra dirección.

— ¡Eso es trampa, Joel! —Chillé enfadada.

Observé como Olivia lo fulminaba con la mirada al mismo tiempo que se abalanzaba sobre él provocando que este cayera al suelo.

— ¿Qué haces? —Le recriminó él a Olivia. —Si querías liarte conmigo, sólo tenías que habérmelo propuesto, aunque no seas mi tipo podemos hacer algo.

—Me das asco. —Contraatacó la joven de mechas californianas. —Y me liaría antes con una nutria que contigo.

Pude ver desde el otro lado como Joel levantaba de improvisto la cabeza con cierta astucia y sorprendía a Olivia con un pequeño beso en la boca.

— ¡PUAAG! —Levantó la voz mi amiga asqueada.

—Te ha encantado y lo sabes.

Observé como Joel le pronunciaba algunas palabras al oído a mi amiga y por primera vez vi a Olivia reírse con él.

Ambos se levantaron para que el partido pudiera continuar. Pensé que la cosa estaría mucho más tensa que el principio pero fue totalmente al contrario. La pelota pasaba de un campo a otro con cierta ligereza y facilidad. A pesar de que íbamos perdiendo por tres puntos, Olivia ya no estaba tan tensa y se comportaba de un modo más maduro.

No lograba comprender que estaban tramando pero sabía que algo pasaba.

— ¡Ey, Blue! —Me chilló Bella. — ¿Has visto lo del beso?

—Como para no verlo. —Contesté riéndome al mismo tiempo que continuaba corriendo.

Noté como una mirada estaba clavada en mí desde las gradas y decidí devolverle la mirada con una sonrisa.

Quedaban cinco minutos para que pitaran el final del partido y seguíamos perdiendo por un punto. El balón lo mantenía en su posesión Byron, el cual se lo pasó a un tal John y más tarde este se la pasó a Joel el cual iba a marcar el último punto del partido cuando aprecié como Olivia le tocó el culo, lo cual provocó que se le cayera el balón hacia el lateral derecho de la pista.

— ¡PIIII! —Sonó el final del partido.

Habíamos perdido por un punto, y lo sabíamos, pero todas e incluso Olivia estábamos satisfechas.

Mientras salíamos de la pista de baloncesto, los dos protagonistas de la tarde permanecían juntos, hablando y sonriéndose.

— ¡Sheila! —Chilló una voz conocida.

—Hola Izan. —Pronuncié su nombre con alegría.

Me apetecía hablar y estar con él y creo que ambos coincidíamos en eso.

—Ha sido un buen partido. —Volvió a sacar su maravillosa sonrisa. —Y te defiendes muy bien.

—Gracias. —Contesté acalorada.

— ¿Te apetecería dar una vuelta por las afueras de la residencia? —Me preguntó de golpe con cierto nerviosismo.

—Si me das diez minutos para que me duche, estaré encantada de acompañarte.

Noté como sus músculos se relajaron. Ambos entramos en el hall. Él decidió esperarme abajo y yo comencé a subir escaleras arriba.

Cuando conseguí llegar a mi habitación, elegí una ropa no demasiado llamativa para la ocasión: Unos vaqueros y una blusa naranja que decidí conjuntar con unas sandalias del mismo color.

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