Podía observar desde la ventana de mi habitación que la noche había caído sobre California. Habíamos quedado todo el pasillo 5c a las doce en punto en la habitación de Joel.
—Blue, ese vestido te sienta espectacular. —Confirmó Olivia tras mi espalda.
— ¿Seguro? —Pregunté indecisa. —No me convence. Demasiado negro. Demasiado ajustado.
—Te hace un culo de escándalo. —Me contestó ruborizándome.
No quería contradecir a Olivia más, prefería confiar en ella aunque me resultara complicado a veces.
— ¿Cómo vas, Bella? —Le pregunté a mi amiga la cual se encontraba en el baño.
—Creo que bien.
— ¡Sal!, me muero por verte. —Se impuso Olivia.
—Está bien, está bien. Ya salgo.
Observamos como el pestillo de la puerta giró y la puerta se abrió de golpe dejándonos tanto a Olivia como a mí con la boca abierta.
—No sabíamos que estabas tan buena. —Pronunció Olivia arrepintiéndose. —Quiero decir, estás genial.
—Tranquila, Olivia. Sé que no suelo vestir muy bien.
—No hagas caso. —Interrumpí. —Estás absolutamente espectacular.
Se notaba que Bella era una chica con muchos complejos y no podía soportar la idea de que lo pasara mal por su cuerpo. Es una chica bellísima aunque ella no sea capaz de verlo.
Olivia terminó de arreglarse colocándose unos tacones color rosa chicle, yo en cambió a pesar de no gustarme demasiado me puse unos tacones, no muy altos en un color azul claro a juego con un collar. Por otro lado, Bella completó su look con unas sabrinas negras.
—Será mejor que vayamos saliendo, vamos cinco minutos tarde.
—Mejor. —Respondió Olivia. —La idea de verlos desesperándose es divertida.
Observé como Bella se echó a reír.
—Tenéis razón. —Pronuncié. —Hagámosles esperar cinco minutos más.
Me acomodé encima de mi cama y extraje de un cajón una bolsa con gominolas.
— ¿Queréis?
Ambas accedieron acomodándose, Bella a mi lado y Olivia en la silla del escritorio.
—Chicas... ¿Cuál es el chico que más os gusta de todo el pasillo? —Preguntó Bella.
—Bueno. —Comenzó Olivia. —A mí el que más me gusta es Joel.
A ninguna de las dos nos sorprendió esa respuesta.
— ¿Vais en serio? —Pregunté sin ningún tipo de intriga por mi parte.
—De momento solo nos estamos conociendo.
— ¿Muy a fondo? —Me arrepentí de preguntarle eso en cuanto lo hice. —Olvídalo. —Respondí ruborizada.
— A mí no me gusta nadie. —Comentó Bella sacándome de ese apuro.
— ¡Mentira! —Contestamos Olivia y yo a la vez. —Todos sabemos que entre tú y Byron hay química.
— ¿La misma que entre tú y Izan?
—Eso ha sido un golpe bajo, Bella. —Comenté riéndome. —Pero te aseguro que solo somos amigos.
—Tú eres su amiga. —Continuó Olivia. —Todos sabemos cómo él te mira a ti.
Iba a responder cuando alguien tocó la puerta de mi habitación.
— ¿Pensabais venir?
—Claro, ya íbamos para allá. —Contesté con voz divertida.
Todas nosotras salimos satisfechas de la habitación.
—Izan, no te vas a creer lo que me pasó esta mañana. —Me aproximé a él, el cual iba guapísimo esa noche y me agarré con fuerza a su brazo para evitar caerme.
—Sorpréndeme antes de que te caigas con los tacones y me quede con las ganas de saberlo. —Contestó esbozando su sonrisa.
—Verás, esta mañana uno de mis compañeros de aula me dio su número. —Saqué el móvil. —Es este.
—Es muy guapo, Sheila. —Me guiñó un ojo.
—También es algo estúpido.
—Todos los tíos son estúpidos. —Contestó con media sonrisa.
— ¿Te incluyes?
—El primero de todos. —Me respondió divertido.
—Ojalá todos los chicos fueran como tú, Izan. —Le sorprendí con un pequeño abrazo.
El silencio impactó de lleno contra nosotros, un silencio que no molestaba, un silencio que nos unió aún más.
Todos llegamos a la entrada de una discoteca llamada "Marcha". Nos detuvimos en la entrada, en la cual nos pidieron a todos nuestros carnets para comprobar que éramos todos mayores de edad.
— ¿Qué queréis tomar? —Nos preguntó Joel a todos.
Todos menos Olivia pedimos cerveza, ella se decantó por ron con Coca-Cola.
Me dejé llevar al ritmo de la canción Shut Up and Dance de Walk The Moon, la cual junto con el alcohol consiguió hacer que perdiera la vergüenza.
— ¡Vamos, Bella!, ¡baila conmigo!
Ambas nos situamos en medio de la pista de baile con mil ojos puestos fijos en nosotras.
— ¡Blue!, ¡me estoy muriendo de vergüenza!
— ¡No digas tonterías!
La cogí de la muñeca y la llevé hacia la barra, en la cual nos subimos.
— ¡Sheila, baja de ahí!
—Izan, ¿sabes que hoy estás guapísimo?
—Has bebido demasiado.
—Estás muy bueno, pero no se lo digas a nadie. —Le guiñé un ojo con cierta picardía. — ¿Te vienes fuera conmigo? —Apoyé mis brazos alrededor de su cuello.
—Aquí estamos bien.
—Como quieras. Yo me voy fuera.
Antes de que Izan pudiera decir algo, salí corriendo de ahí y atravesé la puerta por la que habíamos entrado. Me detuve cerca de un árbol.
—Hola, guapa. —Unos chicos se acercaron a mí. — ¿Quieres algo?
—Vomitar.
— ¡Fuera de aquí! —Una voz familiar apartó a esos chicos lejos de mí.
Y eso es lo último que recuerdo.
***
Mis ojos se abrieron poco a poco cuando alguien aporreó mi puerta con dureza.
— ¡Ya voy! —Sugerí frotándome los ojos y tocándome la cabeza, la cual me dolía a rabiar.
— ¡¿ESTÁS LOCA?! —Me chilló Izan. — ¡¿CÓMO HAS LLEGADO AQUÍ?!, ¡LLEVO UNA HORA BÚSCANDOTE!
Nunca lo había visto tan furioso.
— ¿No me has traído tú? —Pregunté confusa.
—No. Cuando conseguí salir ya no estabas.
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BLUE
Teen FictionLo recordaba tal y como lo viví. En algún momento de mi vida había ocupado ese lugar. Ese mismo lugar que ahora se encontraba mucho más distante pero que seguía llegándome a lo más profundo del alma. Todos los derechos reservados por Safe Creative. ...