Capitulo 4: Caos y oscuridad

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Después del accidente Alma renació en un nuevo mundo, aunque eso no lo supo hasta días más tarde. Despertó en el hospital rodeada de seres queridos, aunque la falta de algunos de ellos, le hizo temerse lo peor, y que esa pesadilla de la que acababa de despertar fuera mucho más que eso.

En la sala estaban seres conocidos, y otros que no tanto, otros, que daban miedo, incorporeos, pero a la vez con forma humana. Alma asustada quiso obviar esas visiones, pensando que aun le duraba el shock de lo que fuera que le hubiera pasado.

_ Oh cariño..._ dijo su madre abrazándola entre lagrimas_ hemos padecido tanto por ti....

Mientras su madre la abrazaba no pudo evitar tensarse, porque una oleada de emociones y también sentidos se apoderaron de ella. Podía sentir el palpitar del corazón de su madre, casi pegado a la oreja, podía oler que era lo que había comido por el olor impregnado en las mangas de su camisa.... Podía sentir muchas cosas y eso la acongojo.

Pero eso no era todo, su familia le dio todo su cariño, y aunque Alma se encontraba bien, sentía que toda esa actitud de su alrededor era muy mal augurio. Eso parecía que le havia cerrado la garganta evitando que de esta saliera ruido alguno.

El ambiente además, estaba tenso y cargado, como si hubiera una verdad supurando entre ellos que pugnara para salir a la luz, pero que se encontrara atrapado entre los miedos, los miedos de ellos a revelarlo, y los miedos de ella a preguntar.

El medico, vino poco después de su despertar, a reconocerla, a ver como estaba, por lo que fuera que hubiera pasado debió ser fuerte, decían que la habían encontrado tirada en el bosque casi desangrada, y agarrada a un pequeño hilo de vida a punto de quebrarse por completo. Aun así parecía que todo eso fue un bache en su recorrido vital, y en cuestión de días cualquier observador ignorante de lo ocurrido no daría crédito a como la debieron encontrar. El médico estaba sorprendida y así se lo hizo saber.

_ Estas recuperándote muy rápidamente, pese al estado en que fuiste encontrada, has tenido suerte niña....Mucha suerte_ En su mirada había tristeza, una tristeza compasiva de esas que sienten los desconocidos por uno cuando ha pasado algo muy malo.

Ella pensaba en sus amigos, en su novio, en los otros...en aquellos que faltaban en aquella sala, y que esperaba que estuvieran en condiciones parecidas en otras salas, pero una voz en su interior le susurraba que dejara de mentirse, que ella sabia mejor que nadie la cruda verdad.

Como confirmando sus sospechas, y asustándola aun mas, el médico hizo salir de la sala a todo el mundo, para hablar de algunas cosas, cosas que ella era mejor que no supiera....aun. Pero el médico no sabía nada de sus renovados sentidos, y que las gruesas paredes de la habitación no eran barreras suficientes.

_ Su hija ha pasado por una situación muy dura y de gran estrés emocional, será mejor que antes de hablar de lo ocurrido con nadie, la asista un psicólogo con tal de comprobar su estado psicológico...

_ Muchas gracias doctor...

Unos pasos le revelaron que el médico se alejaba de sus familiares, pero eso no fue todo...

_ Pobre niñita_ decía su madre llorosa_ por lo que ha tenido que pasar, no se cómo contárselo...

_ De momento no ha preguntado..._ decía su padre con la misma voz queda_ mejor no decirle nada, esperemos el psicólogo...

_ No me parece bien que sea otro quien le diga a nuestra hija que su novio, sus amigos...están están... y de un modo tan... horripilante...

Ella, dejo de escuchar en ese momento, porque las imágenes volvían tan vividas a sus ojos , que apenas lograba discernir donde se encontraba. La cabaña, la fiesta, su novio acariciándole la palma de la mano mirándola tiernamente, y su mejor amiga riendo con esa llamativa risa... si todo eso... y la bestia irrumpiendo en la sala y devorando ante sus ojos su amor, y su corazón. Después de eso, caos y oscuridad.

Sweet AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora