Sweet Alma

Capitulo 5: El influjo de la noche

Terry, encontró a Alma observando la luna semitransparente en el cielo, con los ojos vidriosos, pero cerrados herméticamente a las lágrimas. Así era Alma, una chica que quería reprimir sus emociones costara lo que costara, pero a la vez todo corazón. Era eso lo que le fascinaba de ella, esa fortaleza pese el dolor que se intuía en cada partícula de su piel, esa vitalidad que emanaba de su esencia pese a que el sabia que ella preferiría estar muerta. A Terry le fascinaba Alma, toda ella, y eso era lo único que le hacía maldecir ser un ente transparente sin cuerpo, y sin tacto.

_ ¿Melancólica?_ dijo en un susurro

Alma dio un pequeño respingo ante la presencia del chico, y con la mirada le murmuro todos los insultos que cabían en su cabeza... aun así se calló, y trago saliva

_ Simplemente pensaba en la luna.... En lo letal y bella que es

_! ! ¡Vaya! No sabía que te habías vuelto poeta...

_ Oh, la verdad es que no sé porque te cuento nada...

Terry revoloteo alrededor de Alma, y miro al interior del bar donde aun se encontraba el Señor Torres

_ ¿Como ha ido la reunión? Me alegro de que al final te hayas decidido aceptar, me da algo de lastima el pobre hombre....

_ Bien, pero el hombre es algo hermético en determinados aspectos, no quiere dejarme visitar su casa para ver si encuentro alguna pista...

_ Vaya, esto huele simbólicamente a trabajo para mi, ¿Verdad?

_ Exacto. Quiero que sigas al señor Torres, y mires a ver qué puedes averiguar del...yo iré a ver a Raquel...

_ Si, la amiga de Carolina, a esa también estaría bien investigarla

_ Pero, como narices sabes....

_ Que no me hayas visto no quiere decir que no haya estado en la reunión...he decidido dejarte intimidad...se que te desconcentras con mi presencia

Alma notaba como poco a poco perdía los nervios, y tenía que hacer un gran esfuerzo para atarlos en su interior.

_ Bien, haz eso que te digo, síguelo y ya me dirás...

_ A tus ordenes teniente O'Neill

_ Que no te acuerdes de quien eres, y te acuerdes de eso...

Terry se encogió de hombros con una sonrisa, y en un chasquido desapareció de la vista de Alma. Alma odiaba esos momentos, en los que desconocía si Terry se encontraba o no presente, o le estaba observando o no... la verdad es que era una sensación bastante inquietante.

Alma echo a andar por las calles ajetreadas, y marco el número de Raquel en su pequeño teléfono de la época de las cavernas, pero no necesitaba mucho más...

Una voz compungida apareció al otro lado de la línea telefónica, Alma tenía que esforzarse mucho para no focalizar su atención en el programa de televisión de cotilleo que sonaba de fondo, y eso que parecía que el volumen estaba bajo, Alma suspiro irritada...

_ ¿Si?

_ ¿Raquel Carraza?

_ ¿Si, si yo misma... quién es?

_ Soy Alma, detective... quisiera concertar... _ Unos aplausos provenientes del televisor cortaron su razonamiento_ Uh... ¿puede bajar la TV por favor?

_ ¿Eh?, si, si...ya la había bajado pero... _ el televisor enmudeció en el otro extremo_ ¿Esto es por lo de Carolina?

_ Si, y quisiera hablar con usted, dado que fue la última persona con quien decía que se tenía que ver...