Las relaciones no son perfectas, se tiene que sufrir en la vida para conseguir la verdadera recompensa de tus decisiones... pero lamentablemente la vida es jodida y hace que dudes de ti mismo mientras decides. Asi que, ¿Cómo sabes que haces lo correcto?
La respuesta es, que jamás, NUNCA sabrás que está bien ni que es mejor, porque se tiene que conocer la mierda amarga de la situación en persona, para identificar tu dulzura y la felicidad en el día a día.
Hay una etapa en la vida en la que surge el miedo a la equivocación, y las ganas de encajar en los estándares comunes, solo con la necesidad de no sentirte totalmente diferente por miedo al rechazo y el fracaso. Ambas cosas solo invento social para aplacar a todos a seguir el mismo estilo de vida absurdo y aburrido.
Justamente, esa etapa era la que atacaba a Lee Donghae, un ser que podía ser una estrella en el escenario pero no dejaría de ser un humano el resto del tiempo. Lamentablemente muchos olvidaban eso, y tenían altas expectativas sobre él; asi que ahí estaba de nuevo esa punzada molesta de remordimiento y preocupación, tan asfixiantes como si estuviera tocando fondo en el mar.
Sus ojos estaban fijos en la carretera iluminada solo por algunas farolas y sus luces frontales; sus manos se cerraban con fuerza sobre el volante mientras giraba de él para seguir dando vueltas en las calles, que no se tomaba la molestia de aprenderse; su pie pegado al acelerador como si en cualquier momento fuera a pisarlo todo y dejara de importarte los límites de velocidad; finalmente la música se reproducía en el estéreo del coche susurrándole al oído palabras que le llegaban directamente al pecho, instaurando un nudo cruel en él.
Miro por el rabillo del ojo los números del reloj marcando las 3:00am y al mismo tiempo espero ver una llamada perdida, a sabiendas de que el móvil no había sonado desde que salió de los departamentos. Suspiro quejoso y siguió adelante.
Hacia unos minutos en los que estuvo en esa habitación, solo, pensando y no haciéndolo al mismo tiempo sobre la situación que acababa de vivir. Todo era confuso, todo le era abrumador por lo que tuvo un miedo intenso a quedarse más tiempo en penumbras, con muchas cosas puntiagudas sirviéndole de armas; no era un loco pero su estado mental, físico y sentimental no le convencía de estar cuerdo completamente.
Asi que tomo un abrigo del closet y las llaves del Audi de Eunhyuk que se habían quedado sobre la cama, salió rápidamente de puntillas por el pasillo y la estancia hasta la puerta retirándose para ir por el auto. Necesitaba manejar, necesitaba distraerse a toda costa y alejarse por unos minutos de su realidad. Lo bueno de conducir mientras era madrugada, y siendo un pésimo conductor como él, era que a esa hora la carretera podía pertenecerle para hacer de las suyas sin problemas.
La noche seguía viva con una luna redonda siguiéndolo por el camino, las estrellas escasas dándoles compañía a ambos en el cielo, y los altos edificios recordándole donde se encontraba. Paro el andar del Audi blanco, aparcándolo justo enfrente de un semáforo; sin importarle nada el cambio de colores, seguía sin mover las ruedas para tomarse un tiempo a respirar.
-Eres un idiota- dijo en apenas un susurro, que pronto se trasformó en gritos ahogados. -¡Eres un maldito idiota! ¡IDIOTA!
Sus puños golpeaban el volante a pesar del dolor en ellos, y las lágrimas escurrían sin detenimiento por sus sonrojadas mejillas, ahora muy empapadas. Tomo todo el aire posible y volvió a encender el motor, saliendo a prisas de ese lugar para continuar con su recorrido que bien pretendía ser eterno.
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Los movimientos bruscos en el colchón continuaron, las quejas entre sueños eran cada vez más altas mientras que Leeteuk intentaba dormir. Miro de vuelta al chico a su lado y noto el sudor en su frente y lo fruncido de su entrecejo, lo que le llevo a preocuparse intensamente por su sueño.
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Tan fríos como invierno
Fiksi PenggemarIntroducción: La segunda parte de Juego, truco para conquistarte No todo en una relación puede ir bien, tampoco significa que pasaras un infierno, pero tienes que superar infortunios para alcanzar el cuento, que aunque no es de hadas, si contiene...