✝ Pact With The Devil ✝

▼ 08 ▼

─ ¿Qué mierda estás haciendo aquí? ─Preguntó el demonio entrando al lugar mientras se sentaba en el mismo sofá que el pelirrojo, quien seguía en un rincón sin mirar a ninguno.

─ Papá me dijo que te había conseguido un nuevo juguete pero parece que no lo tratas muy bien, así que vine a supervisar. ─Explicó el mayor en esa habitación observando al pobre chico que no paraba de temblar. Luke al notar la insistente mirada de Ashton, uno de sus hermanos mayor, en su presa, también volteó a ver al chiquillo, parecía realmente una gelatina según Luke.

─ Él está en perfectas condiciones, dile al viejo que sé cuidar a mis juguetes. ─Demandó el rubio menor observando de forma desafiante a su hermano, este simplemente suspiró y caminó hasta el pelirrojo.

─ ¿En serio puedes llamar a esto "Perfectas condiciones"? ─Preguntó tomando al muchacho cuyo rostro parecía tomate por el color rojo en sus abultados mofletes. Se sentía como un muñeco de trapo, y lo era, sin embargo a pesar de ello, era aún un simple humano por lo que la fiebre le estaba haciendo delirar y sus ojos ya ni siquiera podían permanecer abiertos como hubiese querido en aquel momento─ Oh, mierda. ─Murmuró Ashton cuando soltó al chico y este cayó sobre el suelo haciendo un ruido sordo. Luke se acercó al cuerpo casi inerte sobre el suelo y con su pie derecho comenzó a moverlo.

─ ¿Ves lo que has hecho? Ahora ya no me sirve. ─Suspiró desganado el menor sentándose sobre el negro sofá mirando con intensidad a su hermano. Probablemente si Ashton no fuese un demonio al igual que él, estaría temblando del jodido miedo.

─ ¿Es que acaso eres imbécil? ¡Está enfermo! ¡Hay que llevarlo a un maldito hospital! ─Gritó colérico aquel muchacho de ondulados cabellos e iris color miel, abundantes de amabilidad.

Luke suspiró y tomó al chico, dándose cuenta de que la polera de este, tenía aún algunas manchas blanquecinas. Tiró el cuerpo a Ashton y fue por otra polera para el chico, al llegar nuevamente junto al rizado, tiró la prenda recién tomada al rostro de este.

─ Eres un puto animal. ─Mencionó Ashton sabiendo que aquello no causaría ni el más mínimo daño a su hermano menor.

Ellos eran cuatro hermanos, nacidos de una humana común y corriente cuya vida fue quitada por uno de sus iguales. Aquella mujer había sido vendida al diablo por su familia, a cambio de riqueza infinita, el diablo en aquel tiempo aceptó con gusto al saber cual sería su presa sin embargo al ver a la joven llorosa y asustada, terminó apiadándose de ella. Con el tiempo, el amor surgió entre ambos seres y aquel demonio infernal terminó por adaptarse a una forma humana para vivir junto a su mujer en una ciudad apartada.
Aquella mujer de hermosa silueta le concedió cuatro hermosos hijos que ayudaban tanto a su padre como a su madre, sin embargo a medida que iban creciendo, cada uno desarrollaba su lado más humano o más demoníaco, y la muerte de su madre causada por un humano, fue el detonante de odio para uno de ellos.