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M A R A T O N 3/4 ╋

─ ¡Hey Mike, a las cinco en mi casa! ─Exclamó el moreno lleno de energía mientras agitaba su mano para despedirse del muchacho teñido. Michael con sus mofletes colorados igual que un pequeño tomate, sonrió asintiendo con su cabeza aunque en el fondo no sabía si podría ir y le daba miedo preguntar, la última vez había terminado mal.

Llegó al departamento, fue recibido de forma amistosa por Ashton pero fue completamente ignorado por el rubio quien yacía en el sofá demasiado ocupado sacando melodías vagas con su guitarra. Michael fue a dejar sus cosas a su habitación y aprovechó para cambiarse de ropa, se puso unos pantalones negros ajustados, una polera negra con un extraño logo y sobre esta una camisa acuadrille roja con negro, le quedaba algo grande pero no le dio mucha importancia.

Salió de su habitación hacia donde estaba Ashton, este le miró con una sonrisa.

─ ¿Qué sucede? ─Preguntó el mayor mientras cocinaba, Michael temblaba, aún no confiaba en aquellos demonios.

─ Pronto serán las pruebas y como he estado ausente por casi un mes no comprendo mucho las materias y un amigo se ofreció a enseñarme luego de clases en su casa. ─Explicó el menor entre titubeos nerviosos. Ashton le observó divertido y asintió.

─ Bien, yo puedo ir a buscarte si se hace muy tarde. ─Sugirió el rizado, Michael asintió animado y se volteó para ir a pedir permiso al otro demonio. Sin embargo al voltearse se encontró de frente con aquellos ojos azules profundos tanto como el mar.

Michael de pronto comenzó a temblar y perdió el control sobre su propio cuerpo, ni siquiera podía sacar la voz como para decir una simple palabra. Luke le observó de pie a cabeza y se percató de que el pequeño pelirrojo llevaba su camisa favorita, alzó sus cejas en una mueca algo divertida.

─ Esa es mi camisa. ─Habló en un tono dominante aún sin ser una orden, Michael tembló. Luke levantó su mano derecha con la intención de arreglar el cuello de la camisa del pequeño crío que en ese momento no hacía otra cosa que temblar.

─ ¡¡¡No!!! ¡No me golpees! ¡Me la quitaré de inmediato! ─Gritó el pelirrojo con su voz temblorosa, sus lágrimas comenzaron a caer como una cascada sin fin y Luke recordó aquellos sentimientos de soledad, desamparo y nostalgia.

─ Tienes el cuello doblado. ─Fue todo lo que dijo antes de salir de la cocina, Michael lo observó con miedo. Ashton seguía cocinando aunque se encontraba pendiente de los movimientos de cada uno.

Michael caminó tras el rubio manteniendo la distancia.

─ ¿Yo... Puedo salir hoy? ─Preguntó en un hilo de voz, Luke se volteó a verlo.

─ Has la mierda que quieras. ─Sentenció el demonio con dureza.

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