15

14 0 0
                                    

Vestía unos jeans gastados, una remera con estampado y unas Vans comunes, tenía el pelo mojado y la nariz roja, como si estuviera bajo la lluvia y después se había cambiado de ropa.
-Tenemos?- le dije, yo no estaba en ese "tenemos", pero ya me imaginaba quienes sí.
-Pasa.- me dijo, abriendo mas la puerta y corriéndose a su costado.

Dudé un instante, podría ser una broma, aunque su cara demostraba todo lo contrario... si entraba a su casa, el "tenemos" también me incluiría.
Aunque algo de aventura no me vendría mal. Tomé aire y entré.

Por dentro las paredes eran blancas, había un pasillo con demasiadas fotos, la mayoría de Noah, hacia el final del pasillo habia tres puertas, dos a la izquierda y otra a la derecha y si seguías derecho te encontrabas con una escalera que subía a lo que supuse que sería las habitaciones.

La puerta de la derecha se abrió y de ahí salieron Aaron y Nacho.
Aaron tenía la misma cara de preocupación que Noah, aunque Nacho seguía con su misma sonrisa, como si nada hubiese sucedido.

-Tenemos visitas- dijo Aaron ni bien sus ojos se posaron en los míos.

No me había dado cuenta que estuve sola el tiempo que miraba su casa, hasta que Noah volvió con una toalla y me la entregó.
La agarré y me sequé los brazos, la cara y el pelo.
Baje mi mochila al piso y también sequé mi celular. Lo intenté prender pero no funcionó.
-Mierda, no prende.- dije, todavía mirando la pantalla.
-Necesito que nos ayudes.- me dijo Noah, muy serio.
-En que?- le contesté yo, con el ceño fruncido.
-Ya te dije, en nuestro problema... Siéntate y te cuento- me dijo, mientras avanzaba a la puerta derecha, el entró y yo lo seguí.

Primeras Impresiones Donde viven las historias. Descúbrelo ahora