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Estábamos todos sentados alrededor de la mesita de la sala, jugando al Monopoly, que era uno de los juegos que le habían regalado a Mer.

Era mi turno de tirar los dados, cuando le sonó el celular a Pili.
-Es mi mamá.-dijo mirando el celular.. el brillo de este, en la oscuridad, le remarcaba las pecas de la cara. Nacho la miraba pensativo, moriría por saber lo que estaba pensando de Pilar.

Ella se levantó en el momento que atendió.
-Hola ma.
Caminó hasta la cocina, por lo que no pudimos escuchar lo que hablaba.

Finalmente tiré los dados, conté cinco lugares de donde estaba mi ficha y me tocó <A LA CARCEL>. Noah habló, con una sonrisa de oreja a oreja.
-A la carcel, señorita.

Lo miré, suspiré y moví mi ficha.
Era la tercera vez que tenia que ir a la cárcel en el juego, me estaba quedando sin dinero y Nacho estaba ganando.

Pilar volvió y se sentó al lado de Nacho, todos la mirábamos,pero ella al parecer no se dio cuenta.

-Otra vez perdés, Mía?
-Me encanta este juego- Dijo Nacho.
-Lo decís porque vas ganando- le contesté yo, señalándolo con un dedo, acusadoramente.
-No, le encanta que estés perdiendo- me dijo Noah, mirando con una sonrisa a Nacho.

Me fijé en el celular, era las 0:00 hs. No pensé que sería tarde

- Ya es tarde- les dije
-Mañana es lunes, tenemos colegio.- dijo Mer- tenemos que dormir.
-Nos vemos en el colegio, entonces- me dijo Noah.
-Vas a ir al mismo colegio que nosotras- le dije, muy seria... todavía no entendía porque ese chico me intimidaba al punto de no agradarme.
-No solo yo, Ignacio y Aaron también.
-Me llamo Nacho- le reprendió éste.
-Eso no dice en tu documento. Le contestó Noah

Todas sonreían, pensando que sería bueno que ellos empezaran en nuestro colegio, yo no podía parar de pensar que, no sólo lo tendría que ver a dos casas de la mía, sino también todos los días, de lunes a viernes...

(...)
Cuando los chicos se fueron y todas nos vestimos para dormir, arreglamos un poco la sala y fuimos a mi habitación.
Yo dormí con Pilar y Mer , en un colchón de dos plazas, no fue muy cómodo, pero era eso o dormir en el piso... así que me decidí por lo incómodo.

No tardamos mucho en quedarnos dormidas, con todos los arreglos y planes para ese día, estaba abatida y mi mente no aguantaría mucho más.

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