[2]

1K 115 5
                                    

  Si le preguntan, lo primero que Will recordaba al entrar era ciertamente a un hermoso niño de aproximadamente su edad, con un cabello color negro azabache y una sonrisa que tenía una ligera abertura entre los dientes delanteros, ojos avellana brillando emocionados y una bonita piel blancuzca en la que el sol de la ventana a su espalda se reflejaba como un halo dorado, cubriendo por completo su delicada figura y dándole el aspecto de un ángel, pero eso era una mentira.

  Claro que recordaba muy bien a ese hermoso niño que platicaba distraídamente con uno de los chicos mayores, Perseus Jackson, pero eso no era lo primero que se le venía en mente al pensar en la primera vez que vio Nico. No, claro que no. Lo primero que atrajo la atención de esos brillantes irises azules eran las tarjetas que muy orgullosamente sostenía el que se convertiría en el amor de su vida entre sus ligeramente oliváceos dedos. Parecía estar hablando acerca de ellas muy animadamente con el pelinegro de ojos verdes que se encontraba frente a él, aunque bien se veía que Percy estaba ignorándolo, optando mejor por hablar con cierta campista de la cabaña de Atenea.

  Frunció el ceño, ¿cómo se atrevía el ojiverde a desperdiciar tan maravillosa ocasión de jugar con alguien a cualquier cosa, aunque se tratase de un juego de cartas? Tal vez podía sonar algo aburrido, pero Will sabía que la mayoría de los niños de ahí no tenían un descanso, la mayoría teniendo trastornos hiperactivos, dislexia o cualquier otro impedimento que los niños normales no tenían. Ellos más que nadie deberían buscar tiempos de juegos no riesgosos entre compañeros, ¿y se negaban a tenerlos?

  Algo indignado se preparó para caminar hasta el muchacho, quien parecía agradable e inofensivo, si le preguntaban. Estaba a punto de tocarle el hombro para llamar su atención cuando su padre lo tomó de la mano y lo arrastró lejos de ellos, dirigiéndolo a su oficina hasta el final del pasillo.

  Suspiró, tal vez tendría que dejar conocer al chico lindo para luego.

Suspiros Espectrales ||Solangelo|| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora