Tengo seis años. Mi madre me esta llamando para que salga a jugar con ella. La puerta se abre y la luz me ciega. Dentro, oigo la voz de mi madre llamándome. Voy hacia ella sin detenerme. Quiero verla. Llevo diez años sin verla. Esto trae algún vago pensamiento a mi mente sobre que esto no es real. Tan pronto como aparece, se va. La puerta sigue abierta y yo estoy muy cerca, casi puedo tocar la brillante luz. Entonces, algo tira de mí hacia atrás. La puerta se cierra lentamente y yo cada vez estoy más lejos de ella...
-¡¡¡LEXA!!!
El grito de Valeria me devuelve a la realidad. Abro los ojos lentamente y una tos sacude mi cuerpo. Intento incorporarme pero un dolor atroz en un brazo me lo impide. Lo miro. Podría estar peor. Hay mucha sangre seca y unas heridas grandes pero parecen más superficiales que otra cosa.
-Ay, dios mío que susto me has dado. Si te llegas a morir, te mato.-me grita Valeria.
-Uff, deja de gritarme, la cabeza me está matando.
-Normal, has caído desde unos cuatro metros después de enfrentarte a un oso con unos dientes más grandes que yo. Lo raro es que aún sigas respirando.
-Tampoco es para tanto...era solo un oso.
Me mira con cara de pocos amigos y coge un trozo de tela para vendarme el brazo. Lo limpia con cuidado y tengo que evitar soltar un quejido por el dolor que esto provoca. Cuando están limpias las heridas, me venda el brazo. Tenía razón, las heridas eran superficiales pero dejarían una gran cicatriz. Consigo levantarme gracias a Valeria y mi brazo bueno y observo el panorama. En el suelo hay tres cadáveres bastante dañados por culpa del ataque del oso. Hay increíbles destrozos y la mayoria de la comida se ha perdido pero por lo menos, la mayoría de nosotros seguimos vivos. Mi cuerpo se estremece cuando veo un cuarto cuerpo en el suelo. Respira pero parece muy herido. Me acerco corriendo y mi corazón se para cuando descubro quien es. Reed tiene un gran arañazo que cruza su estómago y ha perdido mucha sangre. Grito pidiendo ayuda y Valeria y otros dos chicos vienen a ayudarme. Evitamos moverlo y tratamos de limpiar la herida lo máximo posible. Tiene una pinta horrible y por sus gritos de dolor, la realidad no es mucho mejor que su aspecto. Nos damos cuenta fe que, si no cosemos su herida, morirá. Buscamos algo que sirva de hilo y uno de los chicos saca de su bolsa una aguja. No es momento para preguntar por qué demonios lleva una aguja, en estos momentos, casi se lo agradezco. Calentamos la aguja en un fuego cercano y llamamos a dos chicos más para que le sujeten mientras le cosemos. Mis manos tiemblan cuando tomo la aguja vacilante. Miro su rostro desgarrado por el dolor y mis ojos se llenan de lágrimas.
-Lexa, déjame a mí. Yo le coseré.-dice Valeria
La miro dubitativa.
-Tú busca algo de alcohol, lo más fuerte que encuentres.
Tras una larga búsqueda, encuentro una botella con ron. La llevo rápidamente hasta donde está Reed y se la entrego a Valeria.
-Debes obligarle a que beba, el ron funcionará como anestesia. Pero...antes de nada, dale un trago. Debes calmarte tu primero antes de intentar calmarle a él.
La miro durante un instante creyendo que bromea pero al mirarla a los ojos veo la seriedad de sus palabras. Hago lo que me dice y el líquido quema mi garganta al bajar. Después, obligo al reticiente Reed a beber. Da un largo trago y dejo la botella a un lado. Valeria empieza a coser y a limpiar una parte de la herida más profunda. Él se retuerce de dolor y luego comienza a cerrar los ojos.
-Lexa, no dejes que se duerma.-me insta Valeria.
Así que decido hablar y hablar y hablar y hablar... hablo tanto que se me seca la boca pero por lo menos, Reed no cierra los ojos. De repente, sus ojos se cierran y el mierdo corroe mi cuerpo. Saco ligeramente sus hombros ya que tengo que tener cuidado porque Valeria sigue cosiendole. Abre los ojos y me mira. Con una voz ronca, me dice:
-Cállate y bésame.
Y sin persarmelo dos veces, lo hago.Perdón por tardar tanto pero no encontraba inspiración. Muchos besos😙😙😙😙
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Reinaré En El Norte
AvventuraAño 2300. Tras la tercera guerra mundial de 2100 el mundo quedó destrozado. Las tribus de hace siglos han vuelto a ser el sistema de vida. La fauna y la flora han cambiado mucho por la radiación. Todo es muy distinto. En la región del Norte de lo qu...