Batalla I

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- Tenéis hasta medianoche.

Brooke se giró para mirar a Harry, que se encontraba unos metros a su derecha, y lo mismo hizo toda la sala. Se hizo un silencio casi absoluto.

- ¡Pero si está allí! ¡Potter está allí! ¡Que alguien lo coja!

Brooke no se molestó en buscar a la muchacha que había dicho aquello. Se movió con Charlie para quedarse al lado de Harry y protegerle, mientras algo increíble dio lugar: Todos los alumnos de todas las mesas excepto una se movieron para encarar a la muchacha y a la única mesa que no se había movido; la de los Slytherin.

Brooke sintió algo parecido a vergüenza ajena por ellos. Se había planteado varias veces en que casa hubiese estado de haber ido a Hogwarts, y creía que Slytherin era una posibilidad. Ver cómo se acobardaban le hizo sentir casi decepción.

Pero aquel era el menos preocupante de sus problemas. Tenían una hora. ¡Una hora!

Había comenzado a mordisquearse el labio con saña para cuando se volvieron a reunir para dividirse por el castillo.

Brooke se fue con Kingsley, Arthur y Remus con un grupo de estudiantes a los terrenos, mientras que Charlie se fue a las torres con otros tres profesores y otros alumnos.

Ambos se miraron antes de irse cada uno por su lado; Brooke no pensaba decir adiós, ni buena suerte, porque al final de aquella noche, confiaba en que volvería a verle.

Miró durante unos segundos a los estudiantes que venían detrás de ella. Tratando de ver cuál era el que parecía más aterrorizado, cual necesitaría protección, pero no sacó mucho en claro. Todos lo estaban.

Ella incluida.

Esperaba poder volver a Hogwarts en otro momento. Inspeccionar aquel bosque que prometía criaturas, recorrer aquellos pasillos de piedra iluminados de un color anaranjado por la luz de las antorchas sin tener el estómago hecho un nudo. Sin el miedo que, tan intenso era, parecía tener su propio peso.

Sin Charlie ahora mismo subiendo a una de las torres, preparándose para la batalla...

Brooke sacudió la cabeza y se apresuró para caminar al lado de Remus, sacando su varita de la funda en su antebrazo.

Una vez en el exterior, debatieron rápidamente sobre qué clase de hechizos deberían hacer. Con tan solo una hora y la mayoría de su grupo no demasiado experto en magia de aquel tipo, no tenían demasiadas opciones.

Una vez su idea fue expuesta y aceptada, Brooke seleccionó cinco estudiantes al azar y se alejó unos cuantos metros. Los alumnos se pusieron aún más tensos.

- Estad tranquilos. Creo que de verdad nos dejarán esa hora, así que por favor, concentraos y no penséis en el después.

No tenía ni idea de si aquellos iba a ayudarles o no. Nunca había sido buena consolando a la gente. Y no digamos a gente, a jóvenes, a punto de entrar en batalla.

Volvió a sacudir la cabeza, y conjuró un hechizo silenciador que protegió el área en el que iban a trabajar. Con un asentimiento de cabeza de parte de Brooke, los alumnos comenzaron a agujerear el suelo.

Mientras estaban a ello, Brooke, con varios difrindo, consiguió cortar un árbol y dividirlo en varas gruesas muy, muy afiladas. Su grupo la ayudó a hacerlos levitar hasta el hueco que habían creado e incrustarlos allí lo más fuertemente que pudieron.

Después de aquello mandó a los estudiantes junto a Arthur y Kingsley, que se estaban encargando de hechizos protectores.

Probablemente los últimos pasos le llevarían el resto de la hora.

Eres como un dragón, Charlie WeasleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora