La mañana estaba fria, me habia colocado mi gran abrigo negro y mis guantes, sali al pueblo en mi auto, decidi beberme mi café mañanero en otro lado. No habia mucha gente en por las calles si lo comparamos con la cantidad que habia ayer. Me estacione frente a una cafeteria, el letrero decia "café de Charry", espero que Charry haga bien el café. Me desmonte y entre al lugar tratando de no llamar la atención, no me funciono, todas las miradas cayeron sobre mi, el lugar no era muy grande, tenia un estilo simple, justo lo que yo queria, una ambiente donde se que no vendrian las personas felices.
Me acerque al mostrador y en la pared de atras estaba el menú, habia una parte solo de café y ahi fue donde se poso mi mirada. Estaba decidiendo entre el café normal y el café espumoso, me decidi por el espumoso por que lo normal es aburrido y supongo que el que bebo todas las mañanas es normal. Le hice señas a la mecera pero esta no me hizo caso, volvi a llamarle pero ella volvio a ignorarme nuevamente, carraspeé con la garganta pero nada volvio a pasar, trate de acercarme para toparle pero no le alcanzaba por el inmeso mostrador que tenian. Mi cerebro me gritaba a todo pulmon que me fuera y que no recurriera a la violencia, yo le tape la boca y no lo escuche.
-Hey, tu.-llame a la mecera conteniendome, voltio y entro por una puerta que decia en un letrero "solo personal autorizado".
Este era el colmo, juro que me habia oido cuando la llame, solo me ignoro y entro por su puerta de solo personal autorizado. Mordi mi labio y pense en lo que iba a hacer, si lo iba a hacer.
-¡Sal!¡Se que me oiste!¡Solo me estas ignorando!¡Te despediran!-grité , no iba a mirar hacia atras, ya era suficiente con sentir todas las miradas calentando mi espalda.
-No puedes decirme que no le grite a un heladero y venir a gritar en un café.-dijo, su voz estaba mas fuerte que la ultima vez, ya no habia pena en ella.
Volteé y apesar de todos los ojos que me miraban solo me fije en sus ojos miel claros.
-Crei que estabas denunciando al heladero.-dije viendola a los ojos, camino y se paro a mi lado mirando el menú de la pared.
-Quiero un café normal y un crossant por favor.-pidio y la mecera salio de inmediato fulminandome con la mirada para luego servir lo que ella habia pedido.
La chica de la heladeria me miro y sonrio triunfante.
Pago y tomo su pedido, salio y se me perdio de vista cuando la pared del café me impidio seguir viendola.
Finalemente volteé para pedir mi café, si, todavia necesitaba mi café.
-Un café normal por favor.-dije tratando de sonar amable, claro que mi tono fingido no me salio bien, y es por que me caga disimular.
La mecera sirvio mi café y me lo entrego, me dio una servilleta aparte pero la deje encima del mostrador. Luego de pagar me sente en una de las bancas que tienen afuera, a decir verdad no llamaban la atención sentarse en ellas, pero no soy muy limpio que digamos.
Las personas pasaban ignorando mi presencia en el banco, no es que yo pretendia que hicieran una fiesta cuando me vieran, despues de todo no me conocian por que nunca salgo al pueblo y, todos tienen ese dicho de no hables con los desconocidos, excepto una niña pelirroja que al pasar con su madre me saludo inocente. El café era mas rico de lo que me esperaba; cuando pedi un espumoso no me esperaba que tuviera mas espuma que café. Deje el vaso en la banca, me meti al auto y partí al bosque. Pase años entre el bosque y mi habitación, y ahora simplemente no lo puedo dejar, es un amigo para mi. En el me escondia de mi mismo.
Parqueé mi carro rojo cerca de un árbol, eran muchos asi que no hay forma de diferenciarlos. Salí y entre a el. Caminar en medio de el me tranquilizaba, brindaba paz a mi mente. Naturalmente no habia gente en la parte del bosque donde yo siempre venia, yo me entraba en el medio, las personas no se acercan a esta parte; un dia cayo un árbol y jamás se ha visto vida humana por estos lados. Silencio, tranquilidad, la combinación perfecta.
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Sello V
Ma cà rồngDorian se ve amenazado, las paredes de hielo que había hace mucho construido empiezan a flaquear cuando conoce a Ana, sus muros tiemblan, siente miedo de que el pasado se transporte al presente, el sabía que el pasado no vendría sólo, llegaría con m...