Sinopsis

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Apenas abrí los ojos su mirada me atrapó, algo en mi interior colapso y exploto lo que años atrás parecía haber desaparecido.

Como ver una luz en la oscuridad, así era; extraño.
Era un cielo con estrellas, oscuro pero con pequeñas luces en él.

Sabía que, transitaba por la oscuridad, por sus sendas mas feas y retorcidas, y ella cual luz deslumbrante que estorbaba el camino sombrío que de alguna manera me llevaría a mi sosiego.

Las puertas de mi infierno se abrieron dejando a la vista una luz celestial que empezó a pasearse por el lugar, a una esquina mis demonios me atormentaban y gritaban todos al unisono "Es ella, sabes que no la necesitas a ella, es su sangre". Las voces de los demonios desaparecen junto a los mismos, la luz ya no paseaba mas, estaba en el medio con... ¡LOS DEMONIOS!  La arrastraban y jalaban al suelo. Mis demonios, los que había recogido en el tiempo, buscaban más, una razón mas para mantener mi alma dentro de las paredes infernales de este escondite del mundo real. Dejaron de atormentarme, de gritarme y llenar mi mente de recuerdos indeseados, ahora la tenían a ella, la luz única , que ellos veían como presa, mis ojos la identificaron como esperanza.

Tenia en claro que ella era una luz, que había entrado al infierno y que ahora se veía amenazada, pero tambien sabia que era mi infierno, mis demonios y que ahora ella, la luz, dependía completamente de mi.


Raymond S. Hernandez ©

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