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-Basta -dijo (...) segundos después de haberse separado de aquel vampiro.

Shu la mirada confundido, segundos después suspiró y se sentó bajo la canasta de nuevo, cerró los ojos y no dijo nada.

(...) también suspiró y le dio una mirada al chico.

-No cambiarás -dijo y se dio la vuelta.

Iba a ir con Reiji a decirle, que era imposible hacer que un vago como Shu, se convirtiera en todo lo contrario, sabía que ella podía lograrlo, simplemente se había hartado de esta farsa, no podía obligar a Shu Sakamaki a ser alguien que no era. ¿A quien diablos quería engañar?

Shu miró a la chica alejarse, y volvió a cerrar los ojos.

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Al siguiente día, (...) le contó a Reiji todo lo que estaba sucediendo.

-Lo lamento Reiji, hice todo lo que pude -dijo la chica desanimada.

-Bien, supongo que nadie puede lograr tal cosa... -Reiji la miró -Y menos con ese tipo...

(...) salió de la mansión Sakamaki apresurada, quería llegar a casa, y por alguna razón se sentía pésimo, deprimida. Tan solo ayer su vida estaba de maravilla, pero ahora... estaba arruinada, si, era algo estúpido entristecerse, por no haber logrado el objetivo, pero estaba muy entusiasmada, por hacer de Shu Sakamaki alguien de verdad, alguien lindo, que también fuera inteligente, y no solo popular por dormir donde quiera a toda hora.

Unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

Pero en realidad no estaba llorando por eso.

(...) miró el cielo. Estaba gris, estaba nublado, un trueno se escuchó. Pronto pequeñas gotas comenzaron a descender. Estaba lloviendo.

Todo estaba siendo de lo peor, estaba mojada, triste y sonrojada, por pensar en aquel rubio tonto.

¿Por qué me besó?, se preguntó (...), mientras corría por las calles, para llegar a casa.

No había ninguna respuesta, y tampoco lo había visto en la escuela, aquella mañana.

Era difícil, admitirlo, pero comenzaba a extrañarlo, una presión terrible invadió su corazón, rayos dolía, como si estuvieran apuñalandolo, una y otra vez, y sabía que era su culpa, de aquel Sakamaki.

Tan pronto visualizó la entrada a su apartamento, corrió hacia ella, y sacó las llaves de su mochila.

Abrió la puerta y entro, secando sus zapatos, en la alfombra, se quitó el sueter, que estaba empapado, y también el calzado ya seco.

Fue a su habitación y se quitó la ropa mojada, para despues depositarla en el bote de ropa sucia, y luego dirigirse al baño, donde se quitó la ropa interior, y se metió a la ducha.

Le hacía falta, necesitaba un baño caliente, para pensar mejor las cosas, y lo que estaba sucediendo a su alrededor.

Cada que pensaba en aquel beso, un tono rosado teñía sus mejillas.

Cuando terminó se envolvió en una toalla y salió de la ducha.

Se puso la pijama y tomó su iPhone. Estaba completamente descargado, lo conectó y se dirigió a la cocina.

Colocó café en la cafetera y al sentir un brisa fría, cerró la ventana, que por alguna razón, no recordaba haber dejado abierta.

Con el ceño fruncido, se dirigió a la lacena, en busca de una taza, pero al cerrarla, vió a un chico sentado en calma en el piso, tenía los ojos cerrados y los audifonos puestos.

La luz se fué, y en ese instante un enorme rayo, alumbro el rostro de aquella persona.

(...) tiró la taza al ver de quien se trataba.

Shu.

El rubio sonrió ante su reacción, y de manera lenta se levant-ó para despues dirigirse hacia la chica, que aun estaba sorprendida.

-¿Que haces aqui? -preguntó.

-Vine a verte -tomó su mano.

(...) no lograba comprender, qué estaba pasando.

-¿Que? -fue lo unico que logró decir.

-Se que te gusto -dijo Shu con arrogancia.

-¿ehh?! -dijo (...) sobreactuando la situación -Eres un maldito vago, ¿Como podrías gustarme? -se cruzo de brazos.

-Bueno, entonces me iré, y no volveré a molestarte -dijo el vampiro dandose la vuelta.

(...) le dio la espalda.

Estaba loco, ¿Como se atrevía a hacer aquello?

Shu estaba llegando a la entrada, y cuando lo hizo (...) sintió que debía detenerlo, pero no lo hizo.

Shu salió del apartamento.

(...) se dio cuenta de que no bromeaba y rapidamente, abrió la puerta de entrada para ir tras el.

Pero ya no estaba.

-¡SHU! -grito (...).

Y cuando se dio la vuelta para regresar a casa chocó con alguien mas alto, s fragancia masculina se mezclaba con el olor a lluvia.

-¿Shu? -preguntó (...) esta vez mas calmada.

El rubio sonrió.

Despues de todo, los opuestos, se atraen...

THE END

Sweet Dreams + shuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora