Eras frío como el invierno,
bello como la luna,
en una noche oscura,
cuando luchaba por libre,
poderte yo amar.Ven a mí preciado fruto,
Ven a mí prohibido amor,
Dime que esto no es un sueño.Y de ser así,
No dejemos escapar ni un segundo,
Que yo no quiero despertar,
Si no te puedo yo amar.Las vacaciones de navidad se acercaban, y (...) no tenía muchos deseos de aquellas fechas.
Porque estaría sola como de costumbre, no haría nada en especial, sus padres intentarían comprarla con un costoso regalo y se irían de viaje, y lo peor, no vería al chico de sus sueños durante dos largas semanas.
La chica intentaba concentrarse de nuevo en la lectura, cuando un poderoso aroma, se coló por sus fosas nasales, lo reconocía a la perfección y podría decir con precisión de quién se trataba, sin siquiera voltear a ver.
Aunque había que decir que era muy raro que...
Shu Sakamaki se presentara en el salón de clases.
(...) volteó a verlo, lucía tan guapo como de costumbre, y pudo percatarse de que su cabello estaba un poco más desarreglado que los demás días.
Tenía los ojos cerrados y estaba escuchando música.
Aunque tenía la oportunidad de admirarlo con más detenimiento, le encantaría ser admirada por aquellos ojos azules, sentía que si estos se posaran sobre ella algún día, podría perderse en ellos, como si de un mar se tratase.
No se explicaba por qué estaba en el salón, sin embargo no le molestaba para nada, en cambio era simplemente perfecto.
Mientras (...) se perdía en su rostro, el rubio abrió los ojos, encontrándose con la mirada de la chica, estaba tan distraída, que al percatarse de que Shu estaba despierto, se ruborizó, su corazón dio un vuelco cuando desvió la mirada, no hizo gesto alguno, se levantó de la silla donde se encontraba, y salió del aula, a paso normal y despreocupado.
¿Le habrá molestado el que lo haya mirado?
¿Me odia?
Miles de preguntas se formulaban en su cabeza, y solo se ponía más nerviosa.
-Soy una tonta -se dio una palmada mental y suspiró aún roja y el corazón latiendo a mil por segundo.
Solo esto podía pasarle el último día de clases.
Cuando el timbre sonó, ella fue la ultima en salir como de costumbre, ni siquiera quería hacerlo, estaba avergonzada y temía hacer contacto visual con el rubio después de eso.
Es que es algo normal. ¿Quién no quiere ver al chico de sus sueños?
"Pero claro que no es normal mirar a Shu Sakamaki a pesar de que sea el chico de sus sueños" se corrigió a si misma y guardó sus útiles en su mochila.
Tenía una llamada perdida, no conocía el numero, así que guardó el móvil de nuevo, estaba desanimada, y no quería hablar con nadie, era obvio que era por lo ocurrido con Shu.
Cuando por fin se digno a caminar y después de un suspiro de cansancio, salió del aula.
Caminaba cabizbaja, mientras se maldecía a si misma mentalmente, cuando un chico la toma por la cintura y la atrae violentamente hacia él, al tiempo que la estrella contra la pared.
Su corazón comenzó a latir fuerte, cuando se percató de quien era, nada mas y nada menos que Shu Sakamaki.
(...) estaba por hablar, cuando el rubio atacó bruscamente sus labios, era tan salvaje e indiferente, pero era esa clase de chico que te haría desmayarte con solo una mirada.
El aroma del chico que tanto la mataba, se mezcló con su aliento sabor a menta, y el perfume que la castaña llevaba olor a rosas.
Un beso, un maldito beso con Shu Sakamaki, esto tenía que ser un sueño, si, eso era.
Cuando por fin se separaron, Shu la miró a los ojos, (...) se sonrojó casi instantáneamente y con una gran dificultad habló.
-¿Por qué lo hiciste? -desvió la mirada con timidez, evitando la del rubio.
-¿Qué no es lo que querías?
[...]
El ruido de la campana escolar la despertó, estaba en la clase de historia, en la cual siempre se dormía, ya todos habían abandonado el aula, solo se encontraba ella.
Se maldijo por aquello.
Era muy doloroso tener sueños como aquel, sin embargo, sabía que ese era su límite, soñar con aquel chico.
Se arregló el cabello, y cruzó la puerta, para dirigirse a su siguiente clase, -a la cual llegaría tarde- cuando unos brazos rodearon su cintura y la estamparon violentamente contra la pared... Shu Sakamaki.
¿Era esto otro sueño?
THE END
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