Shu lucía calmo, como si la situación fuera poco, es más, parecía incluso acostumbrado.
"Fuera" "No los queremos aquí"
Un hombre se acercó a ti con un palo, era obvio que pensaba golpearte.
Cerraste los ojos esperando el impacto, que nunca llegó pues cuando los abriste, te diste cuenta de que el más alto detuvo el golpe.
Continuó esquivando golpes, patadas e incluso armas.
ㅡQuédate atrás.
No necesitaba decirlo, tú ya estabas detrás suyo con un nudo en la garganta que ya había comenzado a doler.
Ya había dejado inconscientes a más de la mitad de los hombres que los habían rodeado. No fue hasta el final, cuando cuatro hombres regresaron con palos encendidos en fuego.
Esperabas que Shu también pudiera con eso.
Sin embargo, cuando lo miraste te diste cuenta de que se había quedado en shock mirando el fuego, sumido en sus pensamientos, lágrimas en sus ojos.
No se movía, no reaccionaba.
Entraste en pánico cuando uno de los hombre se acercó a él con el objetivo de quemarlo.
Lo aventaste al suelo para impedir que sucediera, este cayó sentado, pero a pesar del impacto no volvía en sí.
Era tu fin.
El fuego provocaba que los ojos te ardieran, otra multitud los había rodeado, tu corazón se agitaba con violencia. Sin él, tu no podrías repelerlos por tanto tiempo, es más, seguramente no serías capaz de hacer algo.
Mientras tanto, Shu seguía absorto en las llamas de las armas improvisadas. No sabías qué hacer para que reaccionara.
Te agachaste.
ㅡShu. Escuchame, debes reaccionar.
Esperabas que reaccionara, no, implorabas que lo hiciera.
ㅡShu
Lo agitaste varias veces, dijiste su nombre otras cuántas, pero no había respuesta.
Los gritos de la gente atravesaban tus tímpanos, tu dolor de cabeza aumentaba a medida que pasaba el tiempo.
Te golpearon varias veces en la espalda, en los brazos, tu sangre brotaba.
ㅡShu. Despierta...
"Shu"
Él oía que decían su nombre, sin embargo lo que el fuego provocaba eran recuerdos, dolor y sufrimiento, no podía dejar de pensar en el pasado.
Se sentía como un niño asustado.
El fuego es y siempre sería su única debilidad.
"Shu" "Tienes que despertar"
ㅡShu.
ㅡ¿Edgar?
El niño sonrió.
ㅡAlguien te necesita.
ㅡPero yo... ㅡextendió su mano intentando alcanzar al amigo que nunca pudo proteger. No quería que pasara de nuevo, no quería que alguien muriera por su culpa.
ㅡYo se que tu puedes ㅡel pequeño sonrió, su voz era amena, Shu se sentía como en casa.
ㅡ¡Edgar!
El olor a cenizas, fuego y tierra se mezclaba en el ambiente, sin embargo el aroma a sangre lograba destacar.
Fue entonces que Shu despertó.
Tu estabas casi inconsciente, lo habías estado protegiendo hasta que por fín reaccionó. El alivio inundó tu ser, pero los latidos de tu corazón eran débiles, sabías que no aguantarías más.
Tu vista ya se había nublado, lo último que recuerdas es a Shu levantándose.
"Shu"...
ㅡ¡SHU!
Cuando despertaste te encontraste envuelta sabanas, en una habitación bastante familiar, para ser exactos en tu cama.
"¿Cómo llegué aquí?" Te preuntabas.
Intentaste enderezarte, pero una serie de punzadas invadió todo tu cuerpo, de la cabeza a los pies, seguido de un terrible mareo que te provocó cerrar los ojos con fuerza, fue entonces que miraste las vendas que cubrían tu piel, te sentiste como un gatito herido.
De golpe los recuerdos inundaron tu mente.
¡Shu! ¿Dónde estaba? ¿Acaso se encontraba bien?
ㅡ¡Señorita!
Dos mujeres entraron e hicieron una reverencia.
ㅡHa despertado...
Eran dos de las mujeres que servían a tu familia.
ㅡ¿Saben qué le pasó al chico que...
ㅡ¡¿Despertó?!
Tu madre envuelta en lágrimas entró en la habitación y sin hacer nada se te quedó viendo, no podía creer que estabas viva, no podía creer que estabas despierta.
Se tiró al suelo y comenzó a llorar.
ㅡ¡Creí que nunca despertarías!
ㅡMamá, tranquilízate por favor.
Sólo eran unas cuantas heridas y uno que otro golpe, te recuperarías y listo.
Tu padre con semblante serio entró en la habitación.
ㅡ¿Cómo te sientes hija? ㅡestaba siendo blando con sus palabras, normalmente cuando te salías de la escuela y las cosas se te salían de control era el primero en darte una reprimenda.
Al parecer realmente estaba preocupado.
ㅡNo se preocupen, he despertado.
¿Tan mal estabas? Te miraste al espejo que había a lado tuyo, era tu favorito, como pensabas, lucías frágil y algo pálida, sin embargo, fue otra cosa lo que captó tu atención.
Tu pelo estaba más largo de lo normal.
ㅡMamá, Papá... ¿Cuánto tiempo estuve así?
Tu madre bajó la mirada y se puso a llorar, tu padre por su parte suspiró y te miró a los ojos.
ㅡEstuviste en coma casi dos años.
