Capítulo 3

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No sonó mi despertador;  y como iba a sonar si dos días antes Oliver lo había matado o algo así.

Mis ojos se abrieron rápido tras el mal sueño que tenía. Estaba desorientada con la hora,  me pare rápido de la cama con preocupación de que fuera lo suficientemente tarde para ir a la escuela,  para mi fortuna desperté veinte minutos antes de que las clases comenzarán. 

Me vestí lo mas rápido que pude,  tome mis cosas y sali corriendo de casa,  no vivía lejos,  pero estaba segura de que llegaría tarde y así fue.
Mi primera clase era química,  mi profesor era un chaparro,  obeso y calvo;  de mal humor.

— Llegas tarde — apenas me visualizo en la puerta comenzó a descargar su ira contra mí.

— Lo siento profesor — me examinó por encima de sus ante ojos.

— Pasa y sientate,  un retraso más y no te dejo entrar.

Uno pensaría que se pondría a dictar la clase,  pero no,  anoto unas cosas en la pizarra las señalo con su dedo.

— Busquen en sus libros estos términos y estudien,  vendrá en el exámen.

Acto seguido se sentó, saco una revista de su escritorio y se concentro en eso. Era una clase en donde nadie hacia nada más que platicar,  estar en sus teléfonos, como extraño el mío.

— Hola — una chica rubia se sentó frente a mí.

— ¿Quién eres?

— Hemos compartido clases casi dos años ¿y no sabes quien soy? — yo me encogí de hombros.

Realmente antes no prestaba atención a mis compañeros.

— Soy Emmy, soy  compañera de Mari en el club.

De nuevo ese maldito club.

— Ya le dije que no estoy interesada en formar parte.

— ¿Y si te pagamos?

Su oferta llamo mi atención,  no es por que sea interesada en el dinero,  sino por debía comprarme otro celular,  mi padre no tenía el dinero para hacerlo.

— Lo pensaré.

En en su rostro se dibujo una sonrisa.  Por mi parte no estaba segura de hacerlo,  así que debía pensarlo con calma. Puedo hacerlo por dinero,  pero realmente no me quería ver involucrada con ese tipo.

Por la tarde cuando volví  a casa me encontré con mi hermano en el patio delantero,  estaba el solo jugando con un balón de futbol.

— ¿Qué haces aquí?

— Papá me dijo que saliera un rato.

— ¿Esta con alguien más? — él nego con la cabeza.

— Bien,  mantente cerca.

Entre a la casa sigilosamente, no cerré la puerta para que papá no escuchara que había entrado,  él no sacaría a Jimi sino estubiera haciendo algo importante.

— Lo sé,  lo sé,  es un gran riesgo pero si me das el dinero empezaré el libro.

Me quede cerca de la puerta escuchando,  él estaba sentado en el sofá.

— Necesito el dinero,  se que no confías en que termine el libro,  pero lo haré.

No sabía que ocurría del otro lado de la linea,  pero de seguro con quien hablaba era de la editorial con la que había publicado sus anteriores libros. 

— Lo entiendo.

Tras decir esto colgó el teléfono. Se quedo quieto viendo al piso,  me acerque a él y lo abrace.

Rompiendo El Corazón de un ROMPECORAZONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora