CAPÍTULO 38

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Me había quedado dormido en el auto. Me dolía todo, quedé en una malísima posición. Pensé en ella, este malestar no era ni una pizca del dolor que ella estaba cargando.

Conduje fuera del estacionamiento y vi a Chanyeol aproximarse a la entrada. ¿Qué hora era? 9:00 am. Sí que la quería.

Me bajé del auto y corrí hacia él antes de que entrara.

-¡Chanyeol!

El me volteó a mirar, su cara estaba seria, como si estuviera aguantándose las ganas de darme una golpiza.

-Lo siento, no debería estar aquí.

-Pero viniste- dijo. -¿Qué es?

Pronto nos encontrábamos en el auto.

-¿Qué ha pasado con lo de YooRa?

-Tu testimonio, las pruebas, testimonios de vecinos han sido recaudados. Pero hace falta que ____TN hable sobre ello con la policía, y su madre. Pero como verás no es un buen momento.

Asentí despacio.

-Gracias.

-¿Por qué?

-Por cuidarla, por estar para ella cuando yo no.

-Estoy haciendo tu tarea- levantó los hombros. -Ella no lo dice, pero te extraña.

-Y me odia.

Rió.

-Eso solo puede pasar cuando la cagas hasta el fondo.

Me reí amargamente.

-Voy a ver a ____TN, ¿quieres que le dé algún mensaje?

-Solo dale un abrazo y avísame cualquier cosa. Sé que ella no querrá verme, pero quiero estar al tanto, para rogar por ella.

-Bien, adiós.

Salió del auto y emprendió su camino hasta la habitación 1235.

Conduje hasta casa. Mi hermana me estaba esperando en la puerta. 

-Oppa. 

Revolví su cabello y le hice un gesto, dándole a entender que quería estar solo.

Subí a mi habitación. Me asqueaba ese lugar. Le pedí a mi ama de llaves que cambiara todo en mi cuarto. Desde las sábanas, hasta el orden de los muebles. Le ayudé a correr lo más pesado y dejé que limpiara.

Estaba tan solo. Mierda, no tenía ni un jodido amigo. No podía desahogarme con nadie y eso estaba para suicidarme o algo.

El timbre de casa sonó así que bajé a abrir rápido.

Era KyungSoo. 

-Hola- le saludé.

Me respondió con un puño. Me sangraba la nariz. Me agarró de la camisa y me sacó de la casa. Me golpeó hasta el cansancio. Él estaba incluso más cargado y jodido que yo. Estaba de rodillas en el piso y el me miraba desde arriba, respirando agitado. Menuda paliza.

-¿Ya estuvo?- escupí con la boca llena de sangre y dolor hasta en la madre.

Me extendió la mano y me ayudó a levantar.

-Eres un imbécil.

-Lo sé de sobra- le respondí y me limpié las rodillas. 

Caminamos hasta una farmacia y me compró medicina.

-¿Qué haces?- pregunté confundido. 

-Cuando hieres a alguien, repones el daño, no sales huyendo- empujó las medicinas contra mi pecho y se fue caminando.

Le seguí de cerca.

-Me lo merezco. Incluso esto es poco.

-¿Quieres que te mate entonces?

Nos reímos.

-De pronto muerto no estaría en este abismo. Me mataré.

-Estarías peor, suicidarte es peor que vivir así. 

-La necesito.

-Lo sé, pero lo arruinaste viejo.

Me senté en la acera y él se sentó a mi lado.

-Por ahora solo espera a que se recupere.

-Es mucho tiempo, moriré en ese lapso.

-Entonces ve a verla.

-También moriré si lo hago. Ella no quiere.

-¿No querías morir? Ella nunca ha mencionado que no quiere verte.

-Pero tampoco que quiere.

-Cállate. Son puras excusas porque estás muerto de miedo.

Estaba en lo cierto. Pero la vi y ella me vio. Fue suficiente con su mirada, tampoco estaba esperando que caminara hacia mí y dijera que todo estaba bien.

-Ve a verla.

-Ya la vi, hoy a las 3 am, la vi y ella me vió.

Suspiró.

-Ve a verla para pedirle perdón.

-Soy muy cobarde.

-Joder, si tengo que empujar tu trasero dentro de esa habitación lo haré.

-¿Por qué lo harías si me odias?

-Porque a ella la quiero.

-No lo sé...

-Eres consciente de que ir a verla no significa que automáticamente ella va a abrazarte o decirte que está bien ¿no?

-Lo tengo más que claro.

-Entonces ve, no pierdes nada.

Asentí.

-Pero no puedes ir así- dijo señalándome la cara.

-Idiota, ven a curarme.

-Jodete, ve a cambiarte antes de que pierda la poca paciencia que tengo contigo.

Me reí y entré a la casa, KyungSoo se quedó sentado en la misma acera.
Era un enano demoledor, me había dejado casi sin poder tocarme. Como pude me bañé y cambié. Me puse algunas curitas en las heridas y me tomé un analgésico para el dolor.

Subimos a mi auto y nos dirigimos al hospital, pero Kyung Soo me pidió que lo dejara un poco antes ya que iba a verse con su ahora novia. 

Caminé despacio hasta el hospital, esperé el elevador y me moví como tortuga por el lugar. No sabía cómo reaccionaría. Ella debe odiarme, no es para menos.

the answer is you » oshDonde viven las historias. Descúbrelo ahora