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Algunas veces, las personas, solemos complicar todo lo que nos ocurre y convertirlo en algo completamente devastador en nuestras vidas, algo que según nosotros, transforma nuestro día, en el peor de todos. Y nos vivimos quejando de cada cosa que pase sin siquiera detenernos a analizar el por qué, el cómo o incluso, si tal cosa es en verdad real, o es producto de nuestras precipitaciones. Erramos, erramos por completo al cerrar nuestra mente por el dolor producido, por la tristeza y angustia que sentimos. Pero todo puede resultar un simple espejismo, un espejismo traicionero que cava en lo mas profundo de nuestras almas.

La puerta se abrió y por fin pude observarlo, su cabello oscuro en perfecta armonía con sus ojos casi del mismo tono, su sonrisa, esa hermosa sonrisa que hace mis ojos brillar, semejante a las estrellas en el cielo nocturno, esa sonrisa que hace notar sus mejillas. Esas lindas mejillas adornadas por profundos hoyuelos, esas mejillas que tanto amaría acariciar, que tanto anhelaría posar sobre mis hombros en una tarde de tormenta, esos labios, pequeños, rosados y carnosos, tan delicados pero tan masculinos a la vez. Tan deseables, tan suaves, tan deliciosos. Su mirada se encontró con la mía y absolutamente todo desapareció a mi alrededor, ya no existía nada más que él. Había desaparecido el ruido por el reencuentro, incluso la exagerada risa de Jun y la grave voz de Jung Min diciendo lo bien que lucía y lo mucho que me extrañaba. Su abrazo también desapareció y apenas percibí haberlo recibido. Mi corazón comenzó a dansar como solamente sabe hacerlo cuando Young Saeng invade mi mente, como solamente sabe hacerlo por él y por causa suya únicamente suya, así como yo...le pertenecía. Mi pecho fué cubierto por el caluroso sentir, ese calor especial y ciertamente extraño, ese calor, que nuevamente, sólo él me hacía sentir. Mi estómago emprendía una lucha en contra de millones de seres con alas revoloteando en su interior, mis ojos se llenaron de líquido y pronto me encontré rodeando su cuello con mis pálidos brazos, pronto me encontré deseando jamás soltarle, pronto me encontré deseando besar sus labios...pronto me encontré admitiendo frente a todos que lo amaba. Y no temía. Pude sentir que estaba tenso, que su cuerpo se encontraba rígido ante mi repentino impulso; pero después de un largo suspiro respondió a mi abrazo rodeando mi cintura fuertemente. Ambos, frente a todos...como si fuésemos una sola persona, como si quisiéramos juntar nuestras almas con un solo abrazo, nuestros pechos se atraían el uno al otro, como imanes, imanes de carne, carne sencible,imanes de amor. Ambos deseando que nuestros cuerpos jamás sintieran cansancio, para así...permanecer en ese abrazo por toda nuestra eternidad, sellando lo que sentíamos en las leyes de la vida, sellando sentimientos a través del tiempo sin mirar circunstancias.


No me importaba nada más, no era capas de despertar de tan maravilloso sueño, no quería separarme de su cuerpo, no quería sentir su ausencia en mi piel, no quería sentir frío, no quería que se alejara de mi, no quería que se fuera, no quería perderlo... no de nuevo. Sin importarme que, sin importarme el tiempo, sin importante quienes o que nos rodeaba, sin importarme nada, absolutamente nada, las lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas como pequeñas gotas de lluvia cayendo del cielo gris, lloré, lloré para intentar sacar de mi interior cualquier mal recuerdo, cualquier desilusión del pasado, después de todo, era el pasado. Separé mi cuerpo lentamente del suyo, entonces percibí que nos encontrabamos solos frente a la entrada.

Young Saeng posó sus manos en mis mejillas después de que bajé mis brazos de su cuello. Limpió la humedad de mis pómulos con sus pulgares, los cuales seguían siendo mojados con cada gota que caía con desespero de mis ya irritados ojos. Lo miré a los ojos, nuevamente... y entonces supe que aún sentía lo mismo por mí, entonces supe que mi corazón no era el único que parecía estallar, entonces supe claramente que no existía otra mujer, entonces supe que me amaba también.

-Ya no llores, todo esta bien.- Tomaba los mechones de cabello que se encontraban en mi rostro y los colocaba en su lugar, sonreía, sin mostrar su perfecta dentadura; pero sonreía. Sonreía con sinceridad. Asentí y puse mis manos sobre las suyas en mis mejillas.-Todo, absolutamente todo esta bien.

¿Podría existir en el mundo un mejor sentimiento que aquel?
Sentirme segura entre sus brazos, poder sentir su dulce aroma, su masculino perfume. Poder tocar su rostro y saber que es real...no un sueño que al despertar desearé volver a tener. Poder sentir ese cosquilleo inexplicable y ser capas de intensificarlo con tan solo escuchar su voz. Poder sentir su aliento, poder hacerlo colocionar con el mío.
Poderle besar.

Caminó los dos pasos que distanciaban nuestro cuerpo, dibujó mis labios con la yema de sus dedos, y el calor en mi pechó se intensificó, puso un mechón de mi cabello detras de mi oreja y lamió sus labios mientras fijaba su mirada en los míos.
Su aliento rosaba contra mi nariz, nada mas que el espacio entre nuestros labios nos separaba. Bajó un poco su cabeza y junto nuestras frentes, y entonces cumplí mi deseo, acaricié sus mejillas con mis temblorosas manos, su piel era tan suave, estaba tan cerca, podía besarlo ahí mismo...ahora.
Pero Young Saeng se adelantó a mi pensamiento y asesinó la distancia que quedaba en un tierno beso. Nuestros labios estaban hechos para juntarsen, nuestros labios sabían perfectamente como encajar, eran suaves, sus labios eran suaves... y junto a los míos viajaban en un mar de sensaciones asombrosas, volví a rodear su cuello y el mi cintura, esta vez con una sola mano, la otra ocupaba una de mis mejillas. El beso logró profundizarce, un escalofrío de placer recorrió mi cuerpo haciéndome estremecer. Su lengua se abrió paso entre mis labios en cuanto tuvo oportunidad. Estaba disfrutando cada microsegundo, estaba disfrutando cada nueva sensación, estaba disfrutando de él, de tenerlo conmigo, de poder besarlo sin miedo a nada. Estaba disfrutando de estar enamorada.
Sabía que todo sería diferente apartir de ahora, sabía que todo iba a mejorar. Tomó con mas fuerza mi cintura, acercándome mas a él, podíamos escuchar nuestros pensamientos, podíamos sentir y escuchar el latir de nuestros corazones, eso significaba ser uno solo, eso significaba amar y ser amado.
Eso significaba la felicidad.

Nos separamos con toda pena, deseaba jamás separar mis labios de los suyos...pero tendría que hacerlo, entrelazamos nuestros dedos y nos miramos como nunca antes, estaba indiscutiblemente enamorada de ese hombre.

-¡Todo muy bonito! En serio, estoy conmovido, pero a eso lo supera mi estómago a punto de tragarme, así que muevan sus enamorados traseros a comer. ¡Ya!- Y así es como Jung Min solía cagarse en los mejores momentos.

Caminó hacía el pasillo y se perdió entre las demás paredes blancas. Young Saeng y yo caminamos juntos y de igual manera, las paredes nos escondierón. Llegamos a la entrada del comedor, la mesa estaba hermosamente arreglada, con velas y flores, con la mejor vajilla y cubiertos de plata, la ocasión lo ameritaba. Y antes de entrar, él besó mis labios fugazmente.






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Realmente espero que hayan disfrutado del capítulo, no quedó como quería que quedara pero ya es un gran paso. Ojo, no todo será color de rosas.

:)

No haré maratón por una razón, creo que el capítulo anterior fué irrelevante.

Espero que les haya gustado.

¡Besos y abrazos!

~PaoNeko

You Are My Heaven (Heo Young Saeng y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora