CHAPTER THIRTY FOUR.
Habían pasado dos semanas.
Justin, ya no venia a casa, ni me hablaba, tampoco yo a él.
Pues le había dejado las cosas claras…
FlashBack.
Estaba en el sillón con Ryan, abrazados y Justin al otro lado.
Las dos semanas el había sido mi único junto con mi madre y los demás chicos.
Ryan me tenia apretujada a el, acariciándome el brazo, mientras veíamos a Sophie jugar en la alfombra.
Cualquiera diría que éramos novios, pero a Ryan le resbalaba lo que digieran de el, sabia que no era así y con eso quedaba tranquilo.
- _____ ¿Podemos hablar? – dijo Justin.
- Claro, vamos.
Salimos al patio trasero, me quede frente a el esperando a que dijera algo.
- ¿Por qué tanto cariñito entre tu y Ryan?
- Somos amigos, no tiene nada de malo.
- Si pues, no me gustan que Ryan toque a mi chica.
- ¿Tu chica?
- Si –me sonrió.
- Jamás fui tu chica y no lo voy a hacer, soy una tonta, mientras yo estoy aquí con Sophie, tu estas de lo más con Ivanna. Me entregue por completo a ti y tu me pagas de esta forma, así no Justin.
Pude ver como los ojos de Justin se abrían.
- No quiero verte más
Esta vez no llore, tenia rabia.
- ¿Ósea que también me estas prohibiendo ver a Sophie?, es mi hija _______.
- Oh, ahora es tu hija, no te acordabas de ella cuando estabas con Ivanna, ¿No es cierto?, la preferiste mil veces a ella antes que a Sophie.
- No puedes hacerlo.
- Puedo y lo voy a hacer, ahora te vas.
- ______, yo…
- ¡que te vallas!
Desde ese momento no había vuelto a ver a Justin, excepto en el colegio.
Tampoco había vuelto a ver a Sophie y por lo que los chicos me habían contado, aun seguí con Ivanna.
Lo sabia, jamás le había importado o tal vez si, pero muy poco.
____.____
- ¡______! – Llamo mi madre, desde el primer piso-. Ryan llamo, que te ve en la Liberia, es urgente.
Me puse una chaqueta encima y salí de casa con Sophie en el cochecito.
Camine empujándolo hasta la librería donde estaba Ryan.
- ¡Hola! – saludé.
- Hola, hola princesa – saludo a Sophie agarrándole un cachete.
- Mi madre me dijo que me necesitabas urgente.
- Si ven, entremos.
Ryan cargo a Sophie en sus brazos y yo entre con el coche.
Nos sentamos en unos sillones donde la gente iba a leer y cosas así.
- Bien, dime…
- ______, ¿Recuerdas cuando pequeños soñábamos con ir a vivirnos a Nueva York?, ¿Cuándo te jure que algún día te llevaría?
- Si…éramos muy pequeños –sonreí al recordar tirarnos del dedo meñique.
- Si… - Ryan abrió su abrigo sin soltar a Sophie y de ahí saco un sobre blanco – Ábrelo.
Estaba confundida y nerviosa, las manos me temblaban.
Abrí torpemente el sobre y de el saque dos tickets.
- ¿Y esto?
- Te hice una promesa y la voy a cumplir. Quiero que te vengas a vivir conmigo a Nueva York.
- ¿¡Que!? Pero… ¿Qué?,¿y Sophie?
- Se viene con nosotros –sonrió.
- Dios mío, Ryan, esto es increíble.
- Se que necesitas alejarte de aquí, te hará bien.
- ¡Gracias, gracias!