Maratón 2/2
- Los días siguen pasando y no hay rastro de _____ Crossley. Ya han pasado nueve días desde la última vez que se le vio y las posibilidades de encontrarlas son casi nulas aun que…
Harry apagó el televisor. Cogió una camiseta limpia y unos vaqueros y se vistió. Caminó hacia la ventana y mientras corría las cortinas a un lado, divisó a _____ sentada bajo la sombra del árbol mientras leía un libro. Madre mía, ella sí que era bella, su blanca piel resaltaba con ese hermoso vestido rosa pálido. Las cosas habían cambiado desde la última vez que intentó tocarla. No la había vuelto a besar desde aquel día y aunque moría por la urgencia de querer tocarla no lo intentaría otra vez, al menos por un tiempo. Los últimos días que los pasó junto a ella había aprendido que si quería que las cosas resultaran bien debía mantener distancia con _____. Para él ella era intocable, magnífica, única. Un ángel caído del cielo. Su ángel, su _____. La había esperado tanto tiempo y ahora que la tenía no podía tocarla.
Harry bajó las escaleras. Mientras pasaba por la sala principal, se le cruzó por la mente la idea de salir hacia el jardín y coger a _____ entre sus brazos para besarle sus rojos labios. Tan solo sentir la calidez de sus caricias una vez más…
Escuchó a Marley gruñir, quien estaba acostado en el sillón y había levantado la cabeza al verlo bajar las escaleras. El rizado lo fulminó con la mirada gruñendo también. De verdad estaba empezando a odiar a ese animal.
- Cierra el hocico, saco de pulgas. Y ni se te ocurra arruinar el sillón o te corto las pelotas con una cuchara.
El perro gruñó, enseñándole los dientes amenazadoramente y como si le entendiera le ladró. Gruñendo también, Harry salió por la puerta principal y metió la llave a la cerradura, asegurándose así de que _____ no se escapara. Su celular vibró en el bolsillo del pantalón.
- Harry, ¿Te falta mucho para llegar? Ya tengo la información lista y muero por que la veas.- dijo su amigo, notablemente entusiasmado.
- Voy en camino Liam.- dijo mientras se subía a su vehículo. Metió la llave al contacto y arrancó.- dime un pequeño adelanto.
- No.- carcajeó.- prefiero que lo sepas tu mismo.
Harry se quejó, como un niñito pequeño, incapaz de poder esperar un poco más.
- Vale, espero que valga la pena.
- Créeme, no te decepcionaras.- y colgó.
El ojiverde siguió manejando mientras el pensamiento por saber qué información había descubierto Liam lo comía por dentro. Aparcó en una esquina y caminó hasta llegar a la casa de su amigo.
- Hola Hazza, ¿Cómo estás?- saludó este en cuanto le abrió la puerta.
- Impaciente. Joder, pásame la información ya.- exigió.
Liam cogió una carpeta de una mesa y extendió el brazo. Harry acerco su mano y antes de que pudiera tomarlo, él lo alejó de su alcance.
- Eh, antes de que te lo dé quiero mi pago.- dijo Liam.- me costaron mis huevos conseguirte la información así que espero de que sea buena.
Harry vaciló y metió su mano en su bolsillo para sacar un manojo de billetes y entregárselo.
- ¿Satisfecho?- preguntó el rizado.
- Uhm….- corrió con el dedo billete por billete.- si, aquí tienes.- extendió el brazo y Harry cogió la carpeta.- no la desperdicies.
- No lo haré. Gracias Payne.-Dijo depositando palmadas en su hombro.-