VII

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Su experiencia con los hombres le enseño que solo les agrada su cuerpo, el día que lo supo, también aprendió como aprovecharse de eso. Conoció su perseverancia al momento de conseguir lo que quería sin importar los medios, lo que la convirtió en una zorra que disfrutaba siéndolo, que amaba como se sentía ser deseada, que alabaran sus pechos, que deseaba las caricias en su cuerpo, que se sentía satisfecha y viva provocando una eyaculación en un hombre y que su miembro se "emocionara" solo con ver su cuerpo. Amaba ser la otra y nunca le importo.

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