XIV

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Hoy te sentí, mi final. Estuviste cerca, sin embargo su voz me detuvo, nunca me sentí igual, como si el tiempo se detuviera y toda mi vida se hundiera.

El dolor fue mi castigo y desee estar muerta. El dolor que he guardado regresa más fuerte, pero yo sigo siendo débil.

No sé qué sucedió pero ni mi corazón ni cuerpo soportaron jamás tanto dolor, opresión y sufrimiento. Mi garganta y mi pecho duelen, siento que todo mi dolor me ahoga, me perfora, me consume y mi cuerpo no lo soporta más; es demasiado incluso para mí, que he soportado tanto sufrimiento, maltrato, degradación, pérdida y olvido. No sé qué hacer, ya no soporto las lágrimas.

Soy una granada y estoy a punto de explotar.

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