IV

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Siempre había estado sola y creía que por tanto sus sentimientos le pertenecían aunque solo había oscuridad, confusión y tristeza en su interior...

Nunca había sentido tanta felicidad hasta que estuvo cerca de la persona que creía haber olvidado por completo. El sentir la calidez de su piel bajo sus caricias y su pecho subiendo y bajando al ritmo de su respiración mientras el dormía plácidamente a su lado, la hizo sentirse especial y en ese momento sus sentimientos, que habían sido como estrellas desconectadas y destruidas se unieron para formar constelaciones y regalarle tranquilidad.

Con tenerlo cerca se sentía completa. No tuvo que soñar con alguien que la hiciera sentirse especial porque allí estaba. Justo a su lado y por un momento sintió que era solamente suyo y pudo tranquilizar sus pensamientos. Nunca tuvo mayor claridad en su vida, lo quería y nunca se sintió mejor al lado de alguien al que creía tan lejos de su corazón.

Quizás era solo su desesperada búsqueda de la felicidad y de alguien con quien compartirla. Alguien que le regalara tranquilidad, amor, besos, abrazos y compañía. Que la hiciera sentir especial y única en un mundo que solo quería ser observado, deseaba a alguien que la observara con ojos de amor.

Siempre la vida le había parecido interminable, agotadora y solitaria, pero al sentir la paz que le transmitía mientras lo abrazaba, la hizo pensar en todo lo que había perdido...

Y aunque sabía que no podía ir por la vida entregando su corazón, lo quería y lo necesitaba a su lado. Necesitaba su sonrisa y deseaba que fuera solo para ella. Pero tenía que ser paciente porque ella no era dueña de su corazón. Sin embargo estando a su lado descubrió que la vida es dulce y por un momento pensó que se podía llegar a ser feliz.

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