Chrome Roses.
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Luego de una difícil noche durmiendo con el pesado de Mael, mi cuerpo al fin se pudo estirar, los musculos los tenía tensos y entumidos por el miedo de no moverme, 《Una de las primeras veces que dormía》, para no lastimar a Mael con algún movimiento brusco y así evitar problemas.
Con calma me acerqué hasta la ventana observando el panorama. No habitaba sol, solo faroles gigantes.
En el ambiente se lograba sentir el amor familiar, olía a hot cackes y miel... A familia feliz. Escuché el golpetear de la cuchara con la jarra de cristal.
- ¡Jo! Pero miren quienes se han levantado.- Recibió Margaret.- Buenos días.
Angélica, Juliette y Margaret atendían ayudando con el desayuno. Mael pasó por el lado mío aún bostezando, somnoliento, estaba a medio soñar, fue directo a abrazar a Margaret quien mezclaba harina en la batidora.
- Buenos días.- Contesté amablemente.
- Buenos días, bebé.- Recibió Angélica.
- Buenos días.- Siguió Juliette.
- ¿Dónde esta el señor Uda?- Pregunté sin lograr verlo.
- Se tuvo que ir, un gobernador no tiene muchos lujos, el pueblo a toda hora necesita atención.- Vociferó Margaret.
- Es un buen gobernador.- Afirmé para mí.
- Es una excelente persona.- Dijo Margaret.- Por cierto, Udái me dijo que les serviría unas cosas en su camino.
- ¿Cosas?- Repitió Angélica.
- Un mapa y ropa, esas que tienen ya dan pena.
- Gracias... Supongo.
No había manera de quejarme del servicio tan hospitalario que Margaret nos ofreció. Insistió en que nos quedaramos al desayuno, no hablamos gran cosa, solo cosas superficiales sobre cocina y la ropa.
En las ropas dobladas se encontraban una camisa blanca, un chaleco café y una corbata negra de mi talla. El mapa nos dirijía fuera de la colmena, casi justo en el centro de Uchiwa. El mapa se veía como rompecabezas, era una excelente toma de talento de un croquis y trazo, en ella se marcaba cada casa, calle, farol, callejon y rutas a todas partes. Sin la simbología y la rosa de los vientos no hubiera podido acertar a dónde nos quería aventurar.
No sabía como agradecer a Margaret por la hospitalidad, tuve que doblegarme y ella se echó a reir apenada insinuado que el trato no fue la gran cosa. Tuve que acompañar a Angélica a buscar a Evelin, Johana se quedaría esperando a una amiga y no podía unirsenos. En las calles abultadas de personas, Williams me encontró y me tomó por sorpresa por el hombro; se disculpó por las actitudes del día pasado y le tuve que abrazar para que se dejara de remordimientos, le pedí que me despidiera de Uda y por fin salimos de la colmena.
Una estela de energía demoniaca me golpeó directamente todo el cuerpo, me dolía la cabeza y las piernas querían dejarme de responder. Angelica y Evelin me ayudaron a incorporarme de nuevo.
Una capa de nieve y cenizas caía calmadamente, había gritos.
La puerta se cerró de nuevo y se perdió el rastro.
- ¿Así siempre es por aquí Evelin?- Pregunté.
- La basura y la peste sí, las cenizas y cosas volando y caminando sin pena, son nuevas.- Respondió. Me levanté con mucha dificultad.
La forma mas rápida que se me ocurrió para llegar hasta el templo sin ser vistos fue por el alcantarillado. Sin dificultad levanté la tapa y en fila nos tiramos uno a uno. Carecía de claridad y apestaba, de todas parte, el hedor se despegaba de las paredes.
Los huevos de demonios se escondían cobardemente como cucarachas en las esquinas de las paredes, uno sobre otro en una especie de tejido negro y biscoso que se desbordaba sin mantenerlos completamente firmes. Angelica se encargó de ellos edificando el lugar, haciendo plegarias, orando y bendiciendo todo por todo. Me resultó estúpida la idea de edificar un lugar en dónde nadie visitará por mucho tiempo y solo sirve para casa de ratas rastreras.
- Estamos cada vez más cerca.- Despertó Damian. Su forma original humana, abundante cabellera y ropas extrañas volvió.- Puedo sentirlo.
- Yo no siento nada.- Musitó Angélica.
- Es solo la emoción D, no se puede sentir un arma a menos que dispare contra tí..
- Niño idiota, Bao no es un arma, Bao es una herramienta 《Necesaria》
- ¿Y por qué si era tuya no está más contigo?- Protesté.
- Gracias a ustedes.- Señaló a Angélica con referencia a María.
- Esos ya forma parte del pasado.- Emergió María del cuerpo de Angélica.- Te pido perdón por eso, al reino de Dios no se puede entrar con un corazón sin amor, y el perdón no es otra forma si no más de pedir perdón.
- Patrañas, los ángeles siempre me dan mala pinta.- Quejó.
- ¿Así son siempre ellos?- Preguntó Evelin. Asentí apenado con la mirada.
María suspiró y seguío caminando en el transcurso del viaje. Menos mal que lo de Damian y María siempre era algo efímero y no eterno. Aún no comprendía del todo que se traían ambos, era dificil definir si eran aliados o dos gatos gruñones en la misma jaula. Estupido.
Fue un alivio que en mi sistema entrara lo se podía llamar como aire puro, o al menos sin enfermedades como en las alcantarillas. Las ropas de Uda se ensuciaron y además tomaron malos olores. Cambié mi trapos por ropa sucia y apestosa. La alcantarilla de hierro normalente su peso debería ser de gran magnitud, a mi no me tomó más que un segundo en salir tirando la tapa. Ahora el templo lo teníamos en frente de nosotros.
Era algo viejo el diseño. La portada era flanqueada por dos torres, con altos pináculos, estába ornamentada con todo tipo de elementos de estilo gótico de líneas verticales y con gran profusión de imágenes de ángeles y santos. Tenebroso pero acogedor... Monumentos así eran escasos en Moon, la eficiencia dependía de un chip y el esfuerzo de una máquina.
Hambriento de curiosidad tuve una jaqueca al deslizar cuidadosamente mis manos centimetros en la puerta. Me sangraba la nariz y las chicas fueron a atenderme. El poder de todo el templo era embriagante.
- ¡Alto ahí!- Gritó un ángel descendiendo de las alturas en un baño de luces doradas resaltando su hermosa tés con un perfil puntiagudo. María centró la vista en él.
- ¡Zadquiel! -Gritó emocionada María.- ¡Cuanto tiempo! - Exclamó y devolvió la mirada a Damian frunciendo el ceño. Damian apartó la mirada bruscamente y haciendo muecas. El estaba celoso.
Zadquiel terminó su descenso delicadamente con un pequeña sonrisa, los rizos rubios y dorados ocultaban sus ojos sus ojos verdes aceituna. Desde que que tocó el primer centimetro del suelo con la suela de sus zapatillas una espina de desconfianza me atravesó por la cabeza. Damian y yo nos comunicamos con la mirada y ambos lo asumimos.
- ¿Qué hacés por estos paraderos tan vulgares?- Preguntó María.
- Vengo por un chequeo, nuestro señor es un Dios de orden.- Musitó con suave voz.- Y esos dos de ahí.- Nos señaló con cierta repulsión.- Ellos no deberían estar vivos.
- Sí, sí. Es una larga historia pero por ahora ellos estan de nuestro lado.
- Es imposible que un demonio sea realmente bueno; María se realista al menos en algúna vez en la no vida. La ingeniudad te esta comiendo las neuronas.
Damian indignado tragó salida en seco dejando salir un gruñido como un perro a punto de morder, no me sorprendería que hubiera ladrado, pero en cambio su alto temperamento le hinchó la vena de la sien. Los tacones de las botas zumbaban en mis oidos, cada vez más. Damian tomó por el cuello de la ropa a Zadquiel y lo arrojó cuál muñeco de trapo al suelo.
- ¡Estoy cansado de ustedes! ¡Estoy enfermo de su puto desprecio!- Rugió como león irritado y levantando la voz muy alto. Evelin asustada me tomó de la mano y se abrazó de mi brazo.- ¡Chrome!- Llamó.
- ¡Aquí!- Respondí temeroso.
- Ve por Bao y sal enseguida.- Ordenó y obedecí.
- No te dejaré. Maldito bastardo.
Zadquiel se levantó del suelo con el afán de detenerme soltando una flecha dorada de su arco a mi cabeza, Damian quizo protegerme haciendo una capa con su energía oscura que se dejó ver como papel con la fuerza de la pureza de la flecha. Ya había retrocedido y dado la espalda cuando la flecha se desprendió del arco.
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Evelin Roldán.
Me aferré de la mano de Chrome tanto como la que un niño podía aferrase a la de su madre por miedo. Cerré los ojos para superar el temor pero solo escuché el latigazo de la cuerda del arco de Zadquiel y se me ocurrió la gran idea de abrir los ojos. Al momento que la flecha recorría el camino, la ví venir en mi dirección. Quería gritar pero el sonido quedó atrapado en mi pecho...
La mano de Chrome cosquilleaba, la adrenalina subió por mi brazo mientras estrujaba fuerte. El tiempo se detuvo y observé la flecha estatica en el aire. El fondo gris, todos en colores opacos como muñecos de cera pintados inmoviles.
María corría con la mano extendida queriendo detener las flechas con las manos.
Damian posaba con los dos brazos abiertos al aire con una capa negra como alas, haciendo alusión a las leyendas de los vampiros y dracula, con el ceño fruncido y la boca abierta como queriendo gritar.
Zadquiel sonreía con los ojos abiertos como platos con una pequeña y diminuta pupila, los brazos se extendían un tomando todavía el arco y el otro soltando la cuerda.
Angelica me jalaba del otro brazo queriendome sacar del trayecto de la flecha.
Chrome solo volvió la mirada a Zadquiel. Su mirada desbordaba una locura insaciable. De un segundo a otro cambiaron totalmente de un niño bueno a otra persona completamente diferente, aún con el ambiente opaco esos ojos brillaban como dos lunas brillantes con encandecencia amarilla.
La locura terminó por posesionarme por un segundo. Empujé a Angélica y separé a Chrome. Con la simple mirada detuve la flecha dorada, a dos centrimetros de tocarle.
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Chrome Roses.
El tiempo no favorecía a nuestro favor. Las pesadas puertas del templo se abrieron de una patada hacía dentro no sin antes obligarnos a escuchar que pesadas eran. Sujeté de mi cuerpo a Evelin y por cadena ella sujetó la de Angélica hasta que entraramos todos.
Hice memoria para recordar todos los hechizos de Damian hasta que a mi mente llegó el de 《Sellado》que mis manos reproducieron sin antes saber que hacían. Las telarañas gruesas de seda demoniaca los dejaría ocupados por un buen rato.
El templo estaba en ruinas. El fetido y humedo olor del moho se adeñuaba de la vejez de las sillas. El pasto a medio suelo radiaba de brillo como lampara incandescente, decorado con flores de jazmín.
- Si seguimos el rastro de naturaleza seguramente encontraremos a Bao.- Propuso Angélica. Asentí.
Guiados por las plantas, cruzamos por puertas de maderas a medio caer y saltamos por suelos rotos con huecos hasta las cloacas. Una que otra flecha aterrizaba por accidente por el techo y todos palideciamos por miedo. Así hasta que llegamos a Bao.
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Angélica Kennedy.
La madre naturaleza nos sorprendió mas con sus ilimitables trucos, flores y plantas por el templo, en todos lugares: Suelo, paredes y hasta el techo; mostrandonos el camino correcto hasta el arma de Damian. La temible Bao. No era como en las fotos, o no tenía esa impresión. En las fotografías y el holograma que tenían Rose y Damian, el filo de Bao era espeluznante, con una hoja larga y negra como la arena y personalida de Damian.
Las paredes se tambaleaban temerosas de la pelea, en habitaciónes cercanas, se escuchaban gritar los estruendos del choque de armas y los golpes contra los objetos.
Evelin y yo compartimos miradas. Ella se veía muy confundida, supuse que aturdida por conocer su don. Debe estar traumatizada por ver su vida cerca de sus ojos al momento de que la flecha casi lo toca. Chrome pudo estar involucrado también, últimamente revela trucos que ni él mismo se sabía, no era de sorprender si él la hubiera detenido.
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Evelin Roldán.
La lucha era brutal. Cada golpe se escuchaba como truenos atentando con rayos. Nos detuvimos por curiosidad a ver como seguía el ritmo de los golpes dando la espalda a la esfera negra en el altar. 《Es una estupidez si vienen por eso》pensé. Era solo una jodida esfera negra que levitaba sobre la mesa. No me imaginaba las posibilidades con ella, tal vez jugar un partido de fútbol con el enemigo o tal vez jugarían al gato y al raton y quien se descalifique pierde todo. Chrome y Angélica se estremecieron y voltearon a ver a todas partes como si de buscar a una mosca bebé se tratara, así hasta que Chrome desapareció en el rustico y opaco suelo de madera, siendo devorado por un par de tentaculos emergientes del suelo.
Esto debía ser un sueño, sí, un sueño, todo se iba a arreglar si despertaba. Me pellizque buscando el dolor que me despertaría del extraño sueño. Nada.
Caminé de reversa, asustada por el pánico, me entraba un ataque de nervios y quería sentir otra vez el embriagante poder demoniaco de la mano de Chrome para apaciguar mis temores.
- 《¿Quieres poder?》- Escuché dentro de mi cabeza, tan profundo que el eco se encargó de la acústica.
- 《Quiero no tener miedo》- Respondí y regresé la mirada para ver quien me hablaba era Bao y no mi imaginacion.
- 《Tomame》
- 《No》- Negué.
La puerta se rompió en dos, en un proyectil impulsado por la alas de Zadquiel y cargado con un ángel y un demonio. La luz y la oscuridad. Las alas de Zadquiel aleteaban buscando libertad mientras que todas sus extremidades permanecían enrrolladas con D. María rompió su arco por la mitad y apuñaló a sangre fría a su compañero. Zadquiel gritó de dolor y desapareció.
- ¿Angélica me puedes prestar tu cuerpo?- Preguntó María amablemente a pesar de la situación. Los demonios de los alrededores respondieron a los ademanes de Zadquiel.
Angélica corrió a toda prisa y tomó impulso con una banca rota hasta llegar a María y convertirse en una.
Todo este tiempo, Angélica no me Mintió, cada palabra de su historia loca se iba cumpliendo poco a poco. Estaba demasiado asombrada como para hacer algo. Se escucharon pasos fuertes sobre la madera rota y por el rabillo del ojo me percaté de otra presencia que desapareció hasta llegar a un pilar de mármol.
- ¡Carajos! ¡Maldito Chrome! si no fuera tan descuidado.- Quejó con gritos D y me regresó la mirada con el ceño fruncido como si yo tuviera la culpa.
Angélica. Ó María. Quien fuera, defendía el templo. Las cabezas de demonios caían al suelo una a una y se desintegraban a los segundos en particulas negras y grotescas. Del hoyo en que se hundió, Chrome emergió una explosión catastrofica y por los aires hasta estrellarse con la pared, D cayó de rodillas al suelo y Chrome no se levantó una vez tendido.
Angélica y María poco a poco se iban agotando, los demonios se iban acumulando y cada vez eran más duros, mas grandes y más horribles. De nuevo, escuché pisadas y una exhalación estremecedora para mí. Sobresaltada por como nadie ignoraba a la otra persona, llegué rapidamente hasta la esfera Bao con la esperanza que si D la tocara, algo magico y extraño podría enmendar todo.
Terminé por tomar la extraña herramienta entre mis manos. De nuevo el tiempo se detuvo, sentí que moría por un segundo, escuchaba como mi pulso y latidos disminuían en una especie de altavoz dentro de mí cabeza. La respiracion se detuvo. Terminé yendome de entre ellos.
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Lazos De Unión
AdventureViviendo en una era de una revolución tecnológica con él dictador «opresor»; este fragmento se desarrolla en torno a la vida de Chorme Roses quien es él molde del hijo de Lucifer (Damian Gray) y su lucha por salvar algo más que una típica vida de ad...