CAPITULO 26

52 3 1
                                    

Después de reusarme a dar el paradero de la familia de Tyler como por tercera vez, Danny perdió la paciencia y el suero comenzó a surtir efecto en mi.

Al principio pude tragarme los gritos, luego de un rato el dolor era insoportable. Cerré los ojos  mientras gritaba en agonía y en uno de mis estados semi-conscientes una imagen apareció en mi mente.

Me encontraba de pie frente a un cilindro de cristal del que salían tubos y cables conectados a varias computadoras alrededor de la habitación. Después de parpadear mi cerebro regresaba al cuarto de interrogatorios con Danny frente a mi con una sonrisa en los labios. El dolor aumento y, entre sollozos, regrese a la ilusión del cuarto, esta vez la curiosidad me gana y me acerco lentamente al cilindro, frente a mi, el cuerpo inconsciente de una mujer joven conectada a todos los cables, parecía estar flotando dentro del cilindro, al principio no la reconocí, pero  al acercarme un poco más pude ver el parecido que había entre nosotras, ella era mi madre, se veía tan joven, parecía no haber envejecido ni un solo día, lucía tal y como la recordaba.

Acerque una mano temblorosa al cilindro como si fuera a tocar su rostro, en cuanto mi piel toco el cilindro recibí una pequeña descarga que hizo que retirara mi mano al instante.

--¿Qué te han hecho?-- pregunte en voz alta, aunque estaba muy segura de que ella no podía oírme, además de que todo esto era una ilusión, tenía que serlo, mi madre estaba muerta, llevaba muerta 12 años, murió en un accidente de coche, ella...ella...

Retrocedí perdida en mis recuerdos del accidente.

Yo estaba en la parte trasera del automóvil, íbamos en una de las carreteras aéreas, un día hermoso, había mucho tráfico, íbamos camino a la escuela. Estaba vestida con mi sencillo uniforme, zapatitos negros con trabilla, calcetines rojos que combinaban con mi vestidito sisado de cuadros negros y rojos, debajo llevaba una blusa blanca con cuello, llevaba el cabello amarrado en dos colas altas con dos moños rojos, mi mochila asentada a mis pies que se movían alegremente al ritmo de la canción que sonaba, la favorita de mi mamá, mientras yo tarareaba. Como mis piernas estaban muy cortas, no alcanzaba para que colgaran del asiento, por lo que solo salían un poco mas de mis pies. Me quite mi cinturón de seguridad para poder alcanzar a ver por la ventana izquierda, me encantaba mirar a los coches que circulaban por las calles de la ciudad, se veían tan pequeños que podía imaginarme que eran mis juguetes.

Nos detuvimos en un semáforo en el carril de la izquierda con autos volando carril de al lado y detrás de nosotros, a estas horas de la mañana siempre había trafico tanto en el cielo como en las calles de la ciudad.

--¿Emocionada?-- preguntó mi madre sin desviar la mirada de la autopista-- primer día de clases

-- ¡Si!-- dije sin quitar la vista de la ventana.

--Ashley...¿por qué no tienes el cinturón?-- preguntó mi madre

Un poco nerviosa volví a sentarme tratando de pensar en como rayos se había dado cuenta de que no llevaba el cinturón si estaba viendo el camino.

--Lo siento-- dije colocándome el cinturón nuevamente, ahora sentada en la silla de en medio-- ¿cómo supiste mamá?

-- Yo lo se todo hija...-- contestó y me imagine que una sonrisa de dibujaba en sus labios al decirlo.

-- ¿Tienes como un super-poder de mamá o algo así?-- pregunté emocionada deseando que la respuesta fuera si para que cuando fuera grande yo también lo tuviera.

Mi mamá rio suavemente, el semáforo se puso en verde y lentamente aceleró. Un coche se pasó el alto y nos golpeó fuertemente del lado izquierdo, lo que hizo que nuestro coche chocara con el auto de al lado.

Presa del crimenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora